Esto dijo la Presidenta Claudia Sheinbaum —por enésima vez— ayer en su conferencia del pueblo: “bajo ninguna circunstancia, México acepta que se renombre cualquier zona geográfica que incluya parte de su territorio nacional y que se encuentre bajo su jurisdicción. Entonces, vamos a esperar respuesta de Google, y si no, procederemos ya en tribunales”, haciendo referencia a la carta que le enviaron al conglomerado tecnológico el 29 de enero pasado, solicitando una explicación de por qué cambiaron en su contenido de Golfo de México a Golfo de América —a petición de Donald Trump—, insistiendo en que “las zonas marinas que se encuentran bajo la soberanía de los Estados hasta un máximo de 12 millas náuticas. Por lo tanto, cualquier referencia a la iniciativa sobre Golfo de América en su plataforma debe limitarse exclusivamente a la zona marina bajo jurisdicción estadounidense”. Y me pregunto, ¿en qué nos afecta?Además, el viernes pasado denunció —por enésima vez— la Mandataria que los fabricantes y comerciantes estadounidenses de armas serían “cómplices” de terrorismo ante la posible designación de los cárteles del narcotráfico como grupos terroristas —que también solicitó Donald Trump—, ya que “el 74% de las armas de los grupos delictivos vienen de Estados Unidos”.“Entonces, ¿cómo quedan las armadoras y distribuidoras frente al decreto?”, se preguntó. Y mencionó que de proceder la catalogación a los grupos delincuenciales, “ampliaremos la demanda en Estados Unidos”, refiriéndose a la acusación presentada en una corte en Boston, Massachusetts, en agosto de 2021 en contra de la industria de armas, haciéndolos responsables por la violencia desenfrenada en nuestro país por el tráfico ilegal a los cárteles de la droga. Habrá que tomar en cuenta que con nuestros vecinos, la llamada Carta de Derechos —concretamente la Segunda Enmienda Constitucional— les da “el derecho del pueblo a poseer y portar armas” y que “no se prohíbe la regulación de la producción y compra de armas de fuego o de dispositivos similares”. Yo me pregunto, ¿por qué los va a demandar?En el caso del Golfo de México o América no afecta absolutamente nada, como tampoco afecta que en Estados Unidos se le diga Río Grande a lo que nosotros llamamos Río Bravo —que nace en las montañas de San Juan, en el Sur de Colorado, y atraviesa ese Estado, Nuevo México y Texas—. Y en el asunto de los fabricantes de armas estadounidenses, ellos se amparan en su Constitución, pero lo que suceda fuera de la frontera es asunto de los afectados.En todo caso, la frontera de México debería de estar “sellada” al ingreso de casi 250 mil armas que se estima llegan cada año a nuestro territorio. Así como Estados Unidos militariza su frontera para evitar el paso de migrantes, nosotros deberíamos de “blindarla” para evitar el ingreso de armamento ilícito.Así que —por enésima vez— recurrir a tribunales para dirimir “causas perdidas” y estar hablando de temas que no llevan a ninguna conclusión práctica, es como dice el refrán popular, “Otra vez la burra al trigo”.Usted, ¿qué opina?