Abogados coinciden acerca de dos factores de corrupción en el Poder Judicial de Jalisco. Uno. En teoría, los casos deben llegar a los jueces por medio de un sistema electrónico aleatorio. En la práctica, ciertos asuntos “jugosos” se turnan discrecionalmente a juzgadores ligados al poder político y mafias de litigantes para conseguir sentencias a modo.Dos. El Consejo de la Judicatura local, órgano encargado de la disciplina y carrera judicial, puede cambiar de ciudad a los jueces.Controlan a un juzgador amenazándolo con cambiarlo de juzgado si no acata cierta “línea”. Un juez en Guadalajara, por ejemplo, puede ser readscrito a Colotlán, lejos de su familia. Es una forma de presionarlo y controlar sus fallos.Se trata de individuos en las esferas del poder político, económico y judicial que lucran con la justicia, pero también de un sistema que engulle cualquier buena intención.El crimen y la corrupción, señalan algunas teorías sociológicas y criminológicas, son producto de un entorno degradado. No puedes mantener en buen estado una manzana cuando el resto de manzanas y el canasto están podridos. Es el caso del Poder Judicial de Jalisco.La reforma judicial local es una oportunidad para transformar esta realidad.El ex senador Arturo Zamora fue nombrado por Pablo Lemus como coordinador honorífico para proponer una iniciativa que incluya las voces de la sociedad, académicos, colegios y barras de profesionales del derecho.Zamora entregará al gobernador las opiniones derivadas de los foros y el proyecto de reforma a la Carta Magna local que modifica, según me dijo el ex senador, “máximo una decena de artículos”. Lemus presentará esta propuesta el 14 de febrero al Congreso de Jalisco.Igual que ocurrió con la reforma federal, los “cómos” de la elección judicial local, la letra chiquita, deberá formularse en las leyes secundarias a cargo de los legisladores.En la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial y en la reforma al Código Electoral del Estado se especificará la forma en que se elegirán a los juzgadores, sus perfiles, la conformación del Tribunal de Disciplina Judicial, la promoción de candidatos, entre otros puntos clave.Hay tres riesgos para la reforma en Jalisco: repetir los vicios del pasado como la asignación discrecional de turnos y readscripciones punitivas; la re-captura del sistema judicial con perfiles inadecuados o basados en cuotas políticas, y una baja participación electoral que reste credibilidad al ejercicio.Tenemos el peor Poder Judicial. Sólo hay que cuidar no caer más bajo.
