Clarisa jamás ha escuchado el llanto de su hijo, tampoco sabe cómo se oyen sus risas y carcajadas cuando está feliz. Es sorda, igual que su marido Erick. Nunca han escuchado una canción ni el cantar de las aves, cosas que para nosotros son cotidianas y que no reparamos en pensar qué pasaría si no las tuviéramos. Para la comunidad sorda, el uso del cubrebocas terminó por convertirse en un gigantesco muro, aislándolos aún más en una sociedad que poco o nada tiene de inclusiva. Y es que con la mitad del rostro cubierto las personas con discapacidad auditiva no pueden ver las expresiones del rostro y mucho menos leer los labios, algo indispensable para poder entender lo que está diciendo su interlocutor.Farid Abdala lo vive a diario. Es un estudiante sordo y antes de la pandemia se sentaba en la primera fila del salón para poder leerle los labios a los profesores. Ante la falta de un intérprete de Lenguaje de Señas, en la escuela constantemente les pedía ayuda a sus compañeros. Hoy estudiar veterinaria, en medio de la pandemia, le representa el doble o triple esfuerzo.“Los que sabemos leer los labios a veces les pedimos si, por favor, se pueden bajar el cubrebocas, y así poder entender mejor. Pero, por ejemplo, hay algunos que no se lo quitan por el COVID-19, que tienen miedo”, explicó Farid a Noticieros Televisa, con el apoyo de un intérprete de Lengua de Señas.En México hay cerca de 5 millones de personas sordas o con discapacidad auditiva, para quienes la crisis sanitaria por coronavirus recrudeció los problemas que enfrentan a diario para poder comunicarse e integrarse socialmente, en medio del silencio y muchas, muchas veces de la indiferencia.Una persona sorda difícilmente se entera de cuándo le toca vacunarse contra el COVID-19 ni los requisitos o pasos a seguir. Y eso es apenas una muestra de toda la información de la que no se enteran, porque lo que hay en las redes sociales o sale en la televisión es incomprensible para ellos.Disponer de cubrebocas transparentes sería lo más incluyente en este momento, sobre todo en dependencias públicas y escuelas o comunidades donde haya una o varias personas sordas, cuya discapacidad físicamente no se nota.Algo que también puede ayudar es que la comunidad oyente aprendiéramos Lengua de Señas, saber por lo menos las expresiones más comunes: desde saludar hasta ofrecer ayuda (sabiendo el abecedario).Si usted se encuentra con alguna persona sorda, procure verla siempre de frente, ser muy expresivo facial y corporalmente; si trae cubrebocas transparente o está a una distancia considerable sin cubrebocas hable de manera clara, fluida y natural; también puede hacer uso de algún papel para escribir palabras lo más simple que pueda o a través de dibujos.Y sobre todo, sea empático… hay sonidos, frases y canciones que ellos no escucharán.