El sacerdote Jaime Gustavo Navel Mora, quien está al frente de la parroquia Señor de la Ascensión en Teuchitlán, Jalisco, donde se encuentra el rancho Izaguirre —lugar donde estaba el campo de exterminio del crimen organizado— dijo que su comunidad esta “apachurrada” con los acontecimientos que han sucedido a su alrededor, que hay “dolor, tristeza… ”, pero más que nada, “... impotencia”.Pero esa impotencia no es particular de esa región de nuestro Estado; es un calificativo aplicable a todo el país. Y no solamente por los desaparecidos —que ya es un problema mayor— sino por la cruda realidad de “impotencia” de la misma autoridad que vive una realidad de “acorralamiento” por parte del crimen organizado, como sucedió el pasado fin de semana en Chilchota, Michoacán, —en los límites con Jalisco— donde ocho oficiales perdieron la vida en la emboscada de que fueron objeto militares de la Guardia Nacional y del Ejército.Desde Palacio Nacional se anunciaron ayer iniciativas que ayudarán a la logística para atacar el problema de las desapariciones, que tienen una buena intención y que aportan de alguna manera algún orden a los procesos, pero que en realidad poco ayudaran a resolver el problema de raíz.La Presidenta Sheinbaum habló de seis propuestas, que concretamente hablan de consolidar el CURP como una fuente única de identidad con el propósito de facilitar la identificación de personas reportadas como desaparecidas, de crear una Base Nacional Única de Información Forense, de no tener que esperar 72 horas para reportar una desaparición, de homologar tanto penas como procedimientos de investigación en todas las Fiscalías y la Fiscalía general, de publicar mensualmente las cifras de las carpetas de investigación sobre desapariciones y el fortalecimiento del acompañamiento, apoyo y asesoría a los familiares de los desaparecidos.Esas son propuestas a los procesos burocráticos, pero nada concreto en la acción de campo o prevención dentro de la sociedad que evite la desaparición de jóvenes para ser enrolados en los grupos delincuenciales o terminar desaparecidos en un crematorio.Esta mañana, el gobernador Pablo Lemus debió haber estado en la reunión de las 6 de la mañana del Gabinete de Seguridad Federal, encabezado por la Presidenta Sheinbaum, para dar un informe detallado de sus “investigaciones”, pero más que nada de hurgar en las responsabilidades u omisiones en el caso por parte de su gobierno, y seguramente del anterior, donde Enrique Alfaro era el “director técnico”, quien seguramente deberá hacer una pausa en su curso de entrenador de futbol en Europa para delinear su “estrategia de defensa”, ya que todos hablan de su pésima “táctica” para atacar el problema de las desapariciones —Teuchitlán— cuando estaba “dirigiendo a nivel de cancha”.Usted, ¿qué opina?
