Es innegable que el siglo XXI trajo consigo una serie de retos a nivel social, cultural, económico y ecológico de los cuales deben encargarse tanto las instituciones públicas como las privadas en conjunto con las sociedades a las que impactan. A raíz de la iniciativa emanada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) denominada “Pacto Global”, que en el año 2001 solo fue firmado por 67 empresas y hoy en día son miles las participantes, es notorio que el sector privado ha comprendido las responsabilidades que adquieren al encontrarse en operación.Hoy en día, una organización no puede limitarse exclusivamente a fabricar y/o comercializar productos y servicios, ya que debe tener una visión mucho más amplia y crítica que le permita evaluar, medir y controlar el impacto positivo y negativo que tiene y puede llegar a tener en caso de generar modelos y estrategias de negocio cada vez más amigables con las comunidades y su medio ambiente. Actualmente los consumidores guían su decisión de compra por el hecho de que las marcas elegidas apoyan a una causa social o cuentan con acciones en beneficio de la conservación ambiental, prefiriéndolas por encima del resto.Con base en lo anterior y la situación actual de nuestro planeta, es indispensable que las empresas y sus departamentos de marketing, desde las micro hasta las macro comiencen a implementar planes de acción que les permitan, en la medida de lo posible, impactar positivamente en la conservación de recursos naturales y en la mejora de la calidad de vida de las regiones en las que se encuentran.¿Qué se puede hacer para contribuir? En principio, realizar un análisis interno en donde se documente e identifique cuáles son esos productos, servicios o procesos actuales que pudieran modificarse o mejorarse en beneficio de la sostenibilidad. Pueden ser desde acciones tan pequeñas como decidir si es necesario imprimir, o no, un ticket de compra, mil volantes promocionales o un anuncio espectacular; identificar si existe algún material de envasado y empaquetado sustituto menos dañino que el actual, o incluso ser capaz de visualizar alguna necesidad o problemática social en la que la empresa pudiera participar e involucrarse en su solución.Bien se dice que es mejor prevenir que lamentar, y comenzar a tomar acción en el presente para asegurar el futuro. Es, por lo tanto, responsabilidad del hoy, propiciar las condiciones para que las generaciones venideras cuenten con los recursos suficientes para subsistir y que con los esquemas y dinámicas de producción y consumo implementados en los últimos años no las orillemos hacia una vida incierta repleta de problemáticas sociales, financieras y ambientales. Continuemos en la búsqueda del marketing sostenible.
