Viernes, 27 de Diciembre 2024

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En Palacio tenemos a nuestro Quijote

Por: Daniel Rodríguez

En Palacio tenemos a nuestro Quijote

En Palacio tenemos a nuestro Quijote

La semana anterior con motivo de una gira por Veracruz y haciendo referencia a un conflicto al que se oponen algunos residentes en la construcción de la carretera que conectará San Rafael en ese estado y Tampico, Tamaulipas, el presidente Andres Manuel López Obrador saco de su repertorio literario una frase de Miguel de Cervantes -considerado la máxima figura de la literatura española- que emitió a través de su interlocutor El Quijote en la obra del mismo nombre: “Vengo a enderezar entuertos”.

En la obra Miguel de Cervantes por boca de uno de sus personajes, el ventero (persona que tiene a su cuidado y cargo una venta para hospedaje de los pasajeros), nos habla de su concepto de justicia con mucho sentido común, al leerse: "Sabed que mi oficio no es otro sino valer a los que poco pueden y vengar a los que reciben tuertos, y castigar alevosías”.

La mención literaria de López Obrador en el marco de una gira de trabajo,  nos habla de su interés por la lectura y el conocimiento que tiene el mandatario sobre la obra que está considerada la primera novela moderna y una de las mejores de la literatura universal.

Y precisamente Miguel de Cervantes al describir en la obra a Alonso Quijano -nombre de pila de Don Quijote- señala que “Se enfrascó tanto en la lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio”. De esa manera es como Miguel de Cervantes narra la forma como Alonso Quijano se volvió loco. 
Los muy enterados en la obra y sobre su interpretación, nos hablan de que lo que enloqueció a El Quijote fue la gran cantidad de libros que devoraba sobre caballería -concentrarse en un tema- y encontrar sentido a aquello que leía.

En la novela se narra como El Quijote “alucina cuando ve gigantes donde hay molinos, porque alucinar es ver lo que no existe y él confunde. Más bien, Alonso Quijano delira”.

Leyendo una serie de intelectuales sobre la interpretación de justicia -de Don Quijote- en la obra de Miguel de Cervantes, algunos comentan que “Lo que Don Quijote reclama es el respeto a la certeza del derecho, pues la justicia no puede admitir depender del capricho de los que gobiernan, sino de una norma clara y precisa”. Otros, como Mario Vargas Llosa (en el prólogo de la última edición de la obra) nos habla que el actuar de Don Quijote “Lo anima un designio enloquecido...de los caballeros andantes, que recorrian al mundo socorriendo a los débiles, desfaciendo entuertos…(pero) que es un imposible de alcanzar porque la realidad en la que vive El Quijote lo desmiente”.

Al final de cuentas, interesante frase la escogida por López Obrador para hablar sobre un conflicto ciudadano. Ojala que la historia de Miguel de Cervantes a través de su interlocutor -El Quijote- no se refleje en el mandatario y que no vengan las alucinaciones, la confusión y la loquera. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net

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