“Fue un circo”. “Es una burla”. “Esto no es un zoológico”. “Una mentada de madre para todas nosotras”. Estas fueron algunas de las expresiones de las madres buscadoras que asistieron a la visita guiada que organizó el fiscal Gertz Manero al Rancho Izaguirre. Lo que vieron los representantes de los medios fue solo un predio higienizado, libre de toda evidencia. Una de las madres protestó: “Vine a buscar a mi hija, no a un museo”.El objetivo de la visita, a la cual, por supuesto, no asistió el fiscal, era mostrar a los medios el predio, un páramo seco, lleno de excavaciones. El objetivo era contrarrestar las brutales imágenes de los zapatos y la ropa que dieron la vuelta al mundo. Con el elefantiásico tacto que suele caracterizar a las fiscalías, la General de la República invitó también a las madres buscadoras, que llegaron con la esperanza de ser atendidas, y lo que encontraron fue solo un tour del terror, un gran circo organizado por la Fiscalía para bajar la presión mediática sobre el asunto.Cada día que pasa se hace más evidente la voluntad de la Fiscalía y de los gobiernos, estatal y federal, de recortar el caso Teuchitlán como si fuera un asunto aislado donde unos malos policías y funcionarios públicos hicieron mal su trabajo y no, como lo es, un terrible caso más de reclutamiento engañoso, desaparición y probable asesinato e incineración de decenas de jóvenes. El centro de la investigación debería ser quiénes son los perpetradores.La verdadera preocupación del fiscal no son las madres ni las víctimas. Por lo dicho en la rueda de prensa y por la actitud de ayer de la Fiscalía, está claro que su único objetivo es proteger al Gobierno, que eso de la independencia de la Fiscalía es un cuento chino. Tampoco es que sea novedad; esa ha sido la actitud de Gertz Manero a lo largo de los seis años como titular de la institución. Es el mismo fiscal que bloqueó (por instrucciones del entonces presidente López Obrador) la investigación sobre Ayotzinapa para proteger al Ejército. El mismo que ha usado la institución y abusado de su poder para resolver rencillas personales. El que ha sido incapaz de investigar la desaparición de miles de mexicanos a manos del crimen organizado, a pesar de los montones de evidencias y testimonios sobre este fenómeno.El enemigo no son las madres ni los medios, como quisieran hacer ver algunos publicistas del régimen y hacia donde parece apuntar la gran carpa organizada por la Fiscalía. No nos equivoquemos: Teuchitlán es solo un eslabón de la cadena de horror, y el enemigo a vencer es el crimen organizado.