Viernes, 25 de Abril 2025

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

El pueblo bueno y sus malas costumbres

Por: Diego Petersen

El pueblo bueno y sus malas costumbres

El pueblo bueno y sus malas costumbres

Primero el pueblo bueno y sabio aplaudió a rabiar la imagen del “Mencho” en el Auditorio Telmex en medio de una crisis de seguridad por el descubrimiento del Rancho Izaguirre. Las autoridades reaccionaron y no se les ocurrió una mejor idea que prohibir los narcocorridos y cualquier apología de la violencia. El viernes, el mismo pueblo, ya no tan bueno ni tan sabio, se portó mal y reaccionó violentamente a medio concierto ante la negativa del cantante Luis R. Conriquez de interpretar las canciones favoritas del público, a saber, la de “Presidente” y “Las hazañas del doble R”. El pueblo quería narcocorridos, había pagado por escuchar narcocorridos y, en venganza, destruyó el local y los instrumentos del ídolo que los traicionó.

Lo que quería escuchar el pueblo furibundo eran nada menos que las hazañas de un narco, el doble R, que para evitar la violencia se arregló con los militares. Cuenta el corrido que el RR mandó el siguiente mensaje a los militares: “No queremos pleito, pa' qué calentar terreno / Yo ando cumpliendo una orden como usted / Pero, si nos ponemos violentos / Se lo advierto, que si despiertan al monstruo/ Otros cientos de nosotros llegarán”. Cuenta el corrido que el RR cumplió con el encargo que le mandó el M, los militares se hicieron ojo de hormiga y al regreso hasta les dieron las gracias. Cito: “Para cuando ellos regresaron/ Los soldados dijeron / “Pasen chavalos, muchas gracias de antemano”/ Son hazañas del señor de las dos R / Es el que puede / Controlar todo en la voz del grupo Élite”. En la letra de la canción “Presidente” dice cosas muy monas como: “Las armas exportadas me las mandan en paquetes / Llegan de Rusia a Jalisco, la línea directa el flete”. (Habría que legislar también la narco-sintaxis, pero ese tema lo dejamos para después).

Tanto en la Cámara de Diputados Federal como en el Congreso de Jalisco los diputados se preparan para legislar la prohibición de los narcocorridos y en Palacio Nacional, reconvertido en la nueva sede de Siempre en Domingo, la Presidenta y sus asesores preparan ya toda la artillería para acabar con los narcocorridos a golpe de cursilería.

Las dos expresiones populares, el aplauso y la destrucción de un local, son síntomas de un problema mucho mayor del que hablamos hace unos días: la derrota cultural de la sociedad frente a la narcocultura. No será con prohibiciones ni con leyes como se va a cambiar la realidad (evítense el oso diputados, legislar sobre el tema no servirá de nada). Cualquier solución a este problema, que hoy nos espanta porque nos estalló en la cara, requiere de una política pública de educación y cultura de mediano plazo. Nada se puede hacer para que la próxima semana, el próximo mes u año se escuchen menos narcocorridos y más canto nuevo. Lo que sí se puede es comenzar en las primarias con educación sobre las virtudes del Estado de Derecho sobre el crimen organizado, y una propuesta potente desde las secretarías de Cultura que compitan con la narcocultura.

Si, Presidenta, diputadas y diputados, eso implica darle dinero, mucho más dinero, a las secretarías de Cultura.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones