Estoy frito. En promedio cada día desbloqueo mi celular 83 veces, lo uso 6.2 horas y recibo 871 notificaciones entre correos, Whatsapps y alertas de noticias.La mayoría de los celulares tienen una función nativa de Bienestar Digital (android) o Tiempo en Pantalla (IOS) que brinda estadísticas de uso. La encuentran en la sección de Ajustes. Se sorprenderán de los hallazgos.La app que más uso al día es WhatsApp (1.1 horas), seguida de YouTube en donde consulto noticias (55 minutos), Instagram (44 minutos), X (32 minutos) y últimamente TikTok (25 minutos).Ahora multipliquen esto por los 365 días del año que termina. Las cifras corresponden a promedios diarios a partir del análisis del mes en curso.¿Qué tan conscientes estamos de nuestros hábitos de uso del celular? Tengo otros datos preocupantes. Hay días en que abro el WhatsApp entre 130 y 150 veces, qué diablos. X e Instagram los abro entre 50 y 60 veces cada uno.Por otra parte, muchos trabajamos más en el celular que en la oficina. Es mi caso como periodista. Pasa lo mismo para quien se dedica a las ventas o servicios. Es casi imposible apartarse del teléfono y las redes sociales.Muchas consultas son de trabajo, pero seamos sinceros, una gran cantidad son pérdida de tiempo.Esta función nativa en el celular ofrece opciones para limitar el uso. Puedes fijar el número máximo de desbloqueos y el tiempo de uso para cada aplicación.Estoy en alrededor de 60 grupos de Whatsapp activos, muchos de dependencias de gobierno, pero otros francamente innecesarios.Sirvientes de la mensajería instantánea, les propongo un juego para la cena de Navidad: a ver quién tiene el grupo de WhatsApp más absurdo. Garantizo diversión.Suele decirse que vivimos en la economía de la atención porque si las grandes plataformas tienen tu atención, tienen tu billetera. Por eso el mundo digital ofrece todos los incentivos para que permanezcas hiperconectado.“Una riqueza de información crea una pobreza de atención”, leí el otro día en un artículo que citaba al sociólogo y economista Herbert A. Simon. También provoca un alejamiento del contacto directo con los otros.Piensen en esta imagen. Una reunión de colegas o familia en donde todo mundo consulta sin parar su celular deseando estar “presente” en tantos lugares a la vez.En ningún otro momento de la historia, pienso, estuvimos tan comunicados, pero tampoco tan alejados del momento presente y del intercambio de experiencias vívidas que, al cabo, crearán lazos significativos con los otros.Es tiempo de desconexión. Nos leemos otra vez el dos de enero en este espacio en papel periódico o digital. Gracias por acompañarme otro año y gracias a Carlos y Juan Carlos Álvarez del Castillo por darme la oportunidad y hacerlo posible a través de EL INFORMADOR. Felices fiestas y mis mejores deseos para el 2025.