Dejar el auto sin lavar durante varias semanas puede parecer algo sin importancia, pero según expertos, trae consecuencias serias que afectan tanto la apariencia como la durabilidad del vehículo.Partículas de polvo, tierra y residuos finos se adhieren a la pintura y, con el tiempo, se vuelven abrasivas. Esto puede generar microarañazos en la carrocería que deterioran el acabado original.Además, sustancias corrosivas como el excremento de aves y la savia de los árboles son especialmente peligrosas: ambas se pegan firmemente y, al no limpiarse rápido, pueden dañar la pintura y la capa protectora que la cubre. La acumulación constante de residuos (como sal de carretera o partículas de metal) puede provocar oxidación en las partes metálicas del auto. Esto no solo deteriora la estética, sino que puede comprometer componentes estructurales si no se atiende a tiempo.Cuando el parabrisas, las ventanas o incluso los faros se ensucian, se reduce la visibilidad. Esto representa un riesgo para la seguridad, especialmente al conducir de noche o en condiciones adversas. Un auto descuidado y sucio pierde valor de reventa. Los rayones, el deterioro de la pintura y el óxido son factores que los compradores potenciales consideran al evaluar un vehículo usado. La exposición prolongada al sol también afecta la pintura. La suciedad acumulada hace que la capa protectora sea menos efectiva, lo que permite que los rayos UV degraden el color y el brillo con mayor rapidez. Lavar el auto con regularidad: según la aseguradora Endurance, lo ideal es hacerlo al menos cada semana si se usa diariamente, o cada dos semanas si el uso es moderado.MF