Durante años, los expertos en salud han coincidido en que dormir entre siete y ocho horas diarias es lo ideal para mantener el bienestar físico y mental. Sin embargo, estudios recientes sugieren que esta recomendación podría no aplicarse de igual manera a todas las personas. Algunos individuos parecen funcionar perfectamente con menos tiempo de descanso, lo que ha despertado el interés de la comunidad científica sobre si dormir menos de siete horas puede, en ciertos casos, ser suficiente e incluso saludable.Dormir es una necesidad biológica, pero la cantidad de descanso que cada persona requiere puede variar según la edad, la genética, el estilo de vida y el nivel de actividad física o mental. De acuerdo con la National Sleep Foundation, los adultos deberían dormir entre siete y nueve horas por noche; sin embargo, existe un pequeño grupo de personas conocido como “dormidores cortos naturales” que pueden descansar adecuadamente en menos de seis horas sin sufrir consecuencias negativas en su rendimiento o salud.Estos individuos presentan variantes genéticas específicas como la mutación en el gen DEC2, que alteran su ritmo circadiano y optimizan los procesos de recuperación durante el sueño, permitiéndoles descansar de manera más eficiente en menos tiempo.Para la mayoría de las personas, dormir menos de lo recomendado tiene efectos negativos en la salud. La falta de sueño reparador se asocia con alteraciones metabólicas, aumento de peso, deterioro de la memoria, irritabilidad, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y una disminución en la respuesta inmunológica. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la privación crónica de sueño puede incrementar el riesgo de padecer diabetes tipo 2, hipertensión y depresión.Aun así, no todas las horas de sueño tienen la misma calidad. Los especialistas coinciden en que la calidad del descanso es tan importante como su duración. Mantener horarios regulares, dormir en un ambiente oscuro y fresco, evitar el uso de pantallas antes de acostarse y reducir el consumo de cafeína son hábitos que pueden mejorar la eficiencia del sueño.Una persona que logra alcanzar las fases profundas y reparadoras del descanso, aunque duerma un poco menos, podría sentirse igual o más descansada que otra que duerme más horas con interrupciones.Diversas investigaciones han encontrado que hay diferencias biológicas importantes entre los “dormidores cortos” y quienes simplemente duermen poco por falta de tiempo. En los primeros, el cuerpo logra completar los ciclos de sueño esenciales de forma más rápida y efectiva. En los segundos, la reducción de horas de descanso conlleva un desgaste acumulativo que puede pasar desapercibido al principio, pero afecta a largo plazo.Por ello, dormir menos de siete horas podría ser saludable únicamente para un pequeño grupo de personas genéticamente predispuestas, y no debe tomarse como una meta general.Dormir menos no necesariamente significa descansar mal, pero tampoco es una fórmula universal. Cada organismo tiene su propio reloj biológico y sus necesidades particulares. La clave está en escuchar al cuerpo: si al despertar te sientes con energía, concentrado y sin somnolencia diurna, es probable que tu descanso sea suficiente, aunque dure un poco menos de lo habitual.Sin embargo, para la mayoría, mantener entre siete y ocho horas de sueño sigue siendo la opción más segura y beneficiosa para la salud a largo plazo.BB