En muchos hogares de México y otros países de Latinoamérica, colocar la tortilla directamente sobre la flama de la estufa es una costumbre común. Aunque parece un método rápido y práctico, especialistas en salud advierten que esta práctica puede representar un riesgo importante para el organismo.Cuando la tortilla se expone de manera directa a la llama, se produce un proceso de combustión incompleta. Esto provoca la liberación de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y otras sustancias tóxicas, las mismas que aparecen al quemar carne o carbón en exceso. Estos compuestos son considerados potencialmente cancerígenos por organismos internacionales de salud.Además, el contacto con el fuego provoca que algunas partes de la tortilla se quemen y generen carbonización, lo cual aumenta la presencia de estas sustancias dañinas. Aunque a simple vista puede parecer inofensivo, el consumo frecuente de alimentos con zonas carbonizadas puede acumular compuestos perjudiciales en el cuerpo.Entre los riesgos asociados a esta práctica se encuentran:Para disfrutar de una tortilla caliente y deliciosa sin arriesgar la salud, los expertos recomiendan:Aunque el sabor ahumado de la tortilla al fuego puede resultar atractivo para algunos, es importante tener en cuenta que la salud está en juego. Con pequeños cambios en la forma de calentar los alimentos, es posible conservar las tradiciones culinarias mexicanas sin comprometer el bienestar.BB