
¿Qué tan bueno es consumir proteína en polvo?
La proteína en polvo puede ser una herramienta útil para complementar la dieta en ciertas circunstancias, pero no es necesaria para todos

Como con cualquier suplemento, lo ideal es consultar con un dietista o un profesional de la salud antes de incorporarlo a tu rutina diaria. CANVA
En la actualidad, los suplementos de proteína en polvo han ganado una enorme popularidad, especialmente entre quienes buscan aumentar masa muscular, perder peso o simplemente mejorar su salud general. Pero, ¿es realmente bueno consumir proteína en polvo? De acuerdo con profesionales de la salud, todo depende del contexto.
La proteína en polvo es un suplemento dietético elaborado a partir de fuentes como suero de leche (whey), caseína, soya, guisante, arroz y otras. Generalmente se presenta en forma de polvo que puede mezclarse con agua, leche o en batidos.
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Según expertos, la proteína en polvo puede ser una herramienta útil en ciertos contextos:
- Déficit proteico: Para personas que no alcanzan sus requerimientos diarios de proteína a través de la dieta (por ejemplo, vegetarianos estrictos o personas mayores).
- Objetivos deportivos: Para atletas o personas que realizan entrenamiento de fuerza intenso, donde las necesidades proteicas están aumentadas.
- Conveniencia: Cuando se necesita una opción rápida y fácil para obtener proteína, especialmente en momentos de poco tiempo o acceso limitado a alimentos ricos en proteínas.
En general, si es segura. Los suplementos de proteína son seguros para la mayoría de las personas si se usan con moderación y como parte de una dieta equilibrada. Sin embargo, hay algunas consideraciones importantes:
- Calidad del producto: No todos los suplementos son iguales. Algunos pueden contener azúcares añadidos, aditivos o incluso contaminantes si no han sido bien regulados. Es fundamental elegir productos de marcas reconocidas y, si es posible, con certificaciones de calidad.
- Consumo excesivo: Un exceso de proteína —ya sea de fuentes naturales o suplementos— puede sobrecargar los riñones, especialmente en personas con enfermedades renales. Además, consumir demasiada proteína puede llevar a un desequilibrio en la dieta, desplazando otros nutrientes esenciales.
¿Puede reemplazar a la comida real?
“No se debería depender exclusivamente de suplementos”, señala el dietista. Los alimentos integrales no solo aportan proteínas, sino también fibra, vitaminas, minerales y fitonutrientes que no están presentes en los polvos.
Por ejemplo, una pechuga de pollo o unas lentejas aportan nutrientes que van más allá de la proteína, además de favorecer la saciedad y la salud intestinal.
¿Quiénes deberían evitarla?
Las personas con enfermedades renales, hepáticas o ciertos trastornos metabólicos deberían consultar a su médico antes de consumir suplementos proteicos. También es recomendable vigilar el uso en niños, adolescentes y mujeres embarazadas, a menos que haya una indicación médica o nutricional clara.
La proteína en polvo puede ser una herramienta útil para complementar la dieta en ciertas circunstancias, pero no es necesaria para todos. Siempre es preferible obtener los nutrientes a través de alimentos enteros y usar los suplementos solo cuando sea difícil cubrir los requerimientos proteicos mediante la alimentación.
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Como con cualquier suplemento, lo ideal es consultar con un dietista o un profesional de la salud antes de incorporarlo a tu rutina diaria.
BB
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