
¿Eres una persona reactiva o proactiva, según la psicología?
Las personas reactivas evitan confrontaciones y asumen un papel pasivo ante los problemas

Si bien la reactividad no es negativa en todos los contextos, puede limitar el crecimiento personal y profesional. ESPECIAL / Canva
A la hora de enfrentar desafíos y situaciones cotidianas, las personas pueden adoptar dos enfoques opuestos: la reactividad y la proactividad. Mientras que algunos esperan a que las circunstancias dicten sus acciones, otros toman la iniciativa y buscan soluciones desde el principio. Pero, ¿cómo se diferencian estas actitudes y qué impacto tienen en la vida de una persona
¿Qué distingue a la reactividad de la proactividad?
Según especialistas en comportamiento humano del portal Sumédico, la principal diferencia entre estos dos enfoques radica en la forma en que las personas responden a su entorno. Los individuos reactivos tienden a dejar que los eventos externos determinen sus decisiones y actúan solo cuando es estrictamente necesario. En contraste, los proactivos asumen el control, toman decisiones estratégicas y buscan modificar la realidad en lugar de simplemente adaptarse a ella.
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Para quienes adoptan un enfoque reactivo, la vida es un conjunto de circunstancias que deben manejar con la menor cantidad de riesgos posible. Prefieren evitar confrontaciones y asumir un papel pasivo ante los problemas, esperando que se resuelvan por sí solos o que alguien más se haga cargo.
La falta de iniciativa dificulta la capacidad de liderazgo, la resolución de conflictos y la búsqueda de nuevas oportunidades.
Quienes se inclinan por un enfoque reactivo suelen presentar los siguientes rasgos en distintos aspectos de su vida:
- Cumplimiento sin cuestionamiento
Aunque pueden tener ideas innovadoras, suelen limitarse a seguir instrucciones sin proponer mejoras o buscar alternativas más eficientes. - Falta de asertividad
Prefieren no expresar sus opiniones en momentos clave por temor a generar incomodidad o conflictos con los demás. - Evitan señalar problemas
En lugar de advertir fallos o inconsistencias, optan por ignorarlos hasta que la situación se vuelva insostenible. - Poca inclinación por el liderazgo
Se sienten más cómodos en roles donde no deben tomar decisiones importantes o asumir grandes responsabilidades. - Evasión de conflictos
Para evitar confrontaciones, modifican su comportamiento y comunicación, aunque esto signifique ignorar sus propias necesidades y sentimientos.
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La tendencia a la reactividad puede llevar a que una persona se mantenga en su zona de confort, limitando su crecimiento y capacidad de afrontar desafíos. En el ámbito laboral, esto puede traducirse en una falta de oportunidades para ascender, mientras que, en el plano personal, puede generar frustración por no tomar el control de la propia vida.
Cultivar una mentalidad más proactiva implica desarrollar la confianza en uno mismo, asumir la responsabilidad de las decisiones y buscar soluciones activamente en lugar de esperar a que las circunstancias dicten el camino.
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AO
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