El altar de muertos es una tradición profundamente arraigada en la cultura mexicana, que rinde homenaje a los seres queridos que han fallecido. En este ritual, se colocan ofrendas que incluyen una variedad de alimentos, bebidas y objetos que simbolizan la vida de los difuntos y su regreso temporal al mundo de los vivos. Sin embargo, es común observar que los alimentos en el altar pierden su sabor y olor a medida que pasan los días.1.- Naturaleza de los alimentos: Los alimentos frescos, como frutas y pan, tienen un tiempo de vida limitado. Una vez que se sacan de su ambiente natural, comienzan a descomponerse. La exposición al aire y a factores ambientales, como la luz y la temperatura, acelera este proceso. Por lo tanto, es natural que los alimentos en el altar, que suelen permanecer allí durante varios días, pierdan sus características sensoriales.2.- Descomposición y oxidación: La descomposición es un proceso natural que ocurre en los alimentos. Las enzimas y bacterias presentes en ellos comienzan a trabajar, descomponiendo los compuestos que les dan sabor y olor. La oxidación, por otro lado, es el proceso químico que provoca que los alimentos se deterioren al entrar en contacto con el oxígeno. Ambos procesos son responsables de que los alimentos en el altar pierdan su frescura y se vuelvan insípidos con el tiempo.3.- Interacción con el ambiente: Los alimentos del altar también están expuestos a diversos elementos ambientales, como polvo, humedad y cambios de temperatura. Estas condiciones pueden afectar la textura y el sabor de los alimentos, haciendo que se vuelvan más blandos y menos apetitosos. Además, si el altar está al aire libre, factores como la lluvia o el viento pueden acelerar su deterioro.Es importante mencionar que la pérdida de sabor y olor en los alimentos del altar no es solo un fenómeno físico, sino que también tiene un significado simbólico. En la tradición del Día de Muertos, los alimentos no están destinados a ser consumidos de inmediato. Su propósito es ofrecer sustento a las almas de los difuntos que regresan a visitar a sus seres queridos. La pérdida de frescura puede interpretarse como que nuestros fieles difuntos consumieron la esencia de los alimentos que se les ofrendaron, de esa forma los disfrutaron antes de irse.En la actualidad, algunos optan por utilizar alimentos no perecederos o productos artificiales que imitan a los originales, como el pan de muerto o las calaveras de azúcar, que no se descomponen tan rápidamente. Sin embargo, estas alternativas pueden carecer de la autenticidad y el significado que los alimentos frescos aportan al altar.La pérdida de sabor y olor en los alimentos del altar de muertos es un fenómeno que resulta de la naturaleza perecedera de los productos frescos, combinada con la simbología de la tradición. Aunque los alimentos puedan descomponerse, su esencia sigue viva en el acto de recordar y honrar a los que han partido. La ofrenda es un ritual que trasciende la materialidad de los alimentos, creando un vínculo eterno entre el mundo de los vivos y el de los muertos.BB
