Un océano de magma es un área debajo del suelo que está compuesta por una mezcla de silicatos, gases y vapor de agua fundidos a muy alta temperatura. La misma Tierra tuvo un océano de magma debajo de su corteza mucho antes de que pudiera solidificarse, al principio de su formación. Los océanos de magma son una parte esencial del proceso de formación de planetas, pues facilitan la creación de un núcleo mediante la segregación de metales, así como la generación de una atmósfera e hidrósfera a través de la desgasificación. Recientemente, se dio a conocer en la revista Nature el descubrimiento de pruebas que avalan la existencia de un océano de magma extinto en el polo sur de la Luna. Esto podría confirmar la teoría de que el magma formó la superficie de nuestro astro lunar hace más de 4 mil 500 millones de años. Los hallazgos fueron hechos por la misión Chandrayaan-3 de la India, la cual aterrizó el 23 de agosto de 2023 entre los cráteres Manzinus y Simpelius, al sur de la Luna. Las rocas que encontró la nave espacial fueron analizadas y catalogadas como anortositas ferrosas, mismas que también habían aparecido con anterioridad en latitudes medias por la misión Apolo de Estados Unidos. Esta composición relativamente uniforme en un área geográfica tan extensa, hace plantear a los investigadores la hipótesis de la existencia de un océano de magma lunar al momento de la formación del astro. De acuerdo con esta teoría, cuando el magma comenzó a enfriarse en la Luna, la anortosita ferrosa subió a la superficie debido a su baja densidad, mientras que otros minerales más pesados se sumergieron para dar origen al manto. Aunque aún quedan estudios por realizar, el hallazgo de este material es un gran paso para que los expertos puedan reconstruir la historia del origen y composición de la Luna. CM
