Gerardo Ortiz, uno de los artistas más influyentes y populares de la música regional mexicana, se declaró culpable en un caso que involucra conspiración por violar una ley federal de Estados Unidos. Según la Fiscalía de Estados Unidos, el cantante se vio vinculado con un promotor en México relacionado con carteles del narcotráfico, lo que lo llevó a enfrentar cargos bajo la Ley Kingpin, legislación estadounidense que prohíbe hacer negocios con individuos asociados a organizaciones criminales de narcotráfico.La noticia fue divulgada durante el inicio del juicio contra Ángel Del Villar, director ejecutivo de Del Records, quien enfrenta acusaciones por violar la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeras del Narcotráfico. Esta ley, conocida popularmente como la Ley Kingpin, tiene como objetivo desmantelar las redes del crimen organizado, evitando que individuos y empresas de Estados Unidos mantengan relaciones comerciales con narcotraficantes y sus colaboradores. Por su parte, el fiscal federal adjunto Alexander Schwab comunicó que el intérprete de "Amor Confuso" había aceptado ser culpable de un cargo de "conspiración para realizar transacciones con un narcotraficante especialmente designado" y que colaboraría como testigo en contra de Del Villar, como parte de un acuerdo judicial, según la información divulgada por la revista Rolling Stone.De acuerdo con la publicación especializada en el espectáculo, agentes del FBI se entrevistaron con Gerardo Ortiz en 2018 para notificarle que debía dejar de actuar en los conciertos organizados por el promotor Jesús "Chucho" Pérez Alvear —asesinado en 2024 en un restaurante de la Ciudad de México—, quien estaba sujeto a sanciones estadounidenses por haber sido designado formalmente como narcotraficante bajo la Ley de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico, pero el cantante fue persuadido de continuar la relación de negocios por el acusado, Ángel Del Villar.Con información de SUN