La noche de este viernes 23 de junio probó la capacidad de la Concha Acústica durante la segunda edición del Festival Conchachela 2023, un concierto donde el grupo estrella encargado de cerrar la velada, Los Caifanes, hizo valer su legendaria condición y la gente fue tanta que hasta un breve portazo ocurrió.Ahora bien, a diferencia del año anterior, de las diferentes islas en que se ofertarán diferentes marcas de cerveza y comida varia, se habilitó un karaoke que provocó largas filas y, también, un escenario alterno --no muy grande, verdad sea dicha-- que se colocó a la izquierda de la entrada; así, inició la ronda de presentaciones la banda culichi Punto de Quiebre. Cuando inició el acceso, no tardó el doble filtro en estresar a la concurrencia y, previsto por videntes administrativos ayer, se dio un breve portazo --sí, como hace que permitió se colaran unos centenares de personas. Unos minutos después se normalizó la entrada y el flujo se concentró en una sola fila. Todo indica el saldo fue blanco, sin mayores incidentes y atención para una caída leve con crisis nerviosa.Cerca de una hora después, llegó el alcalde, Pablo Lemus, al concierto; señaló que se distribuyeron en total 10 mil boletos y que esperan lleno total; asimismo, destacó las cifras del operativo desplegado para la seguridad de los asistentes (a esa hora, reportó "saldo blanco"), donde se destacó que tomaron parte 250 elementos de policía municipal.En cuanto a la dosis musical, Metal Miura y Camaleonica subieron al escenario y la gente, ávida tras el susto y sin bolillo, empezó el headbanging. Al parecer no estaban en el programa pero el sonido cumplió desde temprano con las expectativas.Tocó turno luego a La Vida Mía, talento puro de la localidad que hizo bailar y gritar a los espectadores; eficaces para involucrar a sus fans, saben pasar de la cumbia a un bolero techno para desembocar en desgarradores guitarrazos y, ahora, estreno de colaboraciones con cantantes de género urbano. Eso sí, nunca dejando de lado el poderoso y constante mensaje "en favor de las morras" que caracteriza las canciones de la cantante y compositora Itzel Vidrio.Asimismo, subió al escenario la banda UMO, para conjurar una leve amenaza de lluvia; rock puro y duro con teclados suaves a la usanza sesentera, con letras dinámicas y un pequeño cover de cierta banda local emblemática y, claro, extinta. Pero cuando se esperaba que terminara la actuación de UMO, al grito de "Sin juguete", quienes aún no entraban al concierto vencieron la valla y cerco de seguridad, un segundo portazo y de nuevo se colaron decenas de personas.Y lo que todo mundo esperaba, la mítica banda encabezada por Saúl Hernández, se arrancó a las 21:20 horas con "Negro Cósmico", "Para que no digas que no pienso en ti" y "Detrás de ti"; y los celulares iluminaron la mancha humana que coreaba cada línea de las rolas.De igual modo, sonaron clásicos como "Miedo" y "Nubes", un éxito tras otro que hicieron evidente que esta edición de Conchachela superó a la anterior, a lo que agregó Hernández que es "un sueño estar en la Concha Acústica" de Guadalajara y, tras saludar a varias colonias de la Zona Metropolitana (ZMG) hizo gritar al respetable con las primeras notas de "Viento", para pronunciarse también contra el feminicidio y en favor de "las mujeres fuertes" de este país.¿La lluvia? Puros simulacros que permitieron a los poco más de 8 mil asistentes gozar de una presentación que dejó gente en la entrada --aunque vieron el concierto en la pantalla que cierta compañía colocó en la expo cervecera-- y que prueba el poder de convocatoria de Los Caifanes. CT
