Lunes, 10 de Noviembre 2025

Emilio de Justo, dueño de la tarde en la Nuevo Progreso

El español dejó constancia de su torería y madurez en una tarde que dominó con técnica, reposo y profundidad

Por: Javier Robles

La tarde quedó marcada por la torería de Emilio De Justo y por un encierro serio que permitió momentos de auténtica tauromaquia. ESPECIAL.

La tarde quedó marcada por la torería de Emilio De Justo y por un encierro serio que permitió momentos de auténtica tauromaquia. ESPECIAL.

La Plaza de Toros Nuevo Progreso vivió una tarde de contrastes y emociones profundas con el encierro de Santa Fe del Campo, un serio conjunto zacatecano que promedió 496 kilogramos, negro de capas, bien rematado y con presencia en todos sus ejemplares. Un encierro que fue de menos a más: los tres primeros toros resultaron ásperos, sin transmisión y faltos de fortaleza; pero los últimos tres ofrecieron mejores condiciones, mostrando fuerza justa y mayores posibilidades para el lucimiento de los espadas.

El gran triunfador fue el español Emilio De Justo, quien dejó constancia de su torería y madurez en una tarde que dominó con técnica, reposo y profundidad. Con “Princesito”, que abrió plaza, el extremeño entendió desde el principio la aspereza del astado y le impuso mando, cimentando una faena firme, de poder y sobriedad. Tras una estocada trasera y contraria, saludó en el tercio.

Pero su obra cumbre llegó con “Sonajero”, un toro con mayor transmisión, bien picado por César Morales. De Justo toreó con clasicismo, llevando al burel muy toreado por ambos pitones y firmando pasajes de temple y hondura. La estocada certera le valió la única oreja de la tarde, premio a una actuación sólida y de gran autoridad.

Sergio Flores, por su parte, dejó ir un trofeo que ya tenía ganado. En su segundo toro, pese a una faena de muletazos largos por el derecho, adornada con molinetes, vitolinas y un pase por la espalda que levantó al tendido, falló con el acero y todo quedó en palmas. En su primero, un toro sin demasiada transmisión, mostró entrega y voluntad, saludando desde el tercio.

Mientras tanto, Juan Pablo Sánchez firmó dos labores de mucho conocimiento y naturalidad. Con “Cominito”, construyó una faena de menos a más, templada y bien estructurada, que le valió salida al tercio. Con “Andaluz”, dejó muletazos de gran pureza y reposo, aunque nuevamente la suerte suprema le negó mayor premio.

Al final, la tarde quedó marcada por la torería de Emilio De Justo y por un encierro serio que permitió momentos de auténtica tauromaquia en el coso tapatío.

SV

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