En la historia reciente del futbol mexicano, la ilusión de recibir a futbolistas que triunfaron en Europa ha sido una constante, cargada de promesas de calidad y liderazgo. Sin embargo, la realidad a menudo demuestra que estos regresos están marcados por la decadencia física y el peso de expectativas desmedidas. Diversos casos han dejado en claro que no siempre basta con un nombre resonante: las promesas de salvación suelen apagarse como velas en el ocaso.Casos como los de Javier Hernández, Andrés Guardado o Jesús Corona, que vuelven a la Liga MX en el ocaso de sus carreras, son contratados por equipos que desean más y mejor taquilla, venta de playeras, y promesas que solo se quedan en eso; pero la realidad es otra y simplemente no figuran como se esperaba, y aunque económicamente sí redituaron, en la cancha no funcionan, rayando en lo mediocre, salvo el caso de Guardado que hasta el capitán de La Fiera es.Rodolfo Pizarro con Mazatlán es un caso aparte, un poco más dramático, ya que él viene de fracasar en el futbol de Europa, específicamente con el AEK de Atenas en Grecia, dirigido por Matías Almeyda, equipo con el cual jugaba poco, cuando lo hacía no tenía un peso específico y tuvo que ser el cuadro de los Cañoneros quien lo rescatara del olvido.También en la MLS hay casos para resaltar, como puede ser el de Héctor Herrera, quien juega ahora para el Houston Dynamo y que entre lesiones y bajas de juego, no ha sido la figura que se esperaba de él, luego de tener una época exitosa por Europa.Pizarro, quien pasó por el Inter Miami de la MLS y el AEK de Atenas tras haber brillado en Chivas, Monterrey y Pachuca, llegó a Mazatlán FC en busca de revitalizar su carrera. No obstante, los problemas físicos y la falta de adaptación rápida han marcado su desempeño, limitándolo a pocos momentos de impacto y alejándolo del estatus de líder que se esperaba.El “Chicharito” Hernández regresó a Chivas tras una carrera destacada en Europa, que incluyó clubes como Manchester United y Real Madrid. Aunque su talento nunca fue cuestionado, las lesiones y su bajo rendimiento físico lo han llevado a pasar más tiempo en recuperación que en el campo. Esta situación ha generado frustración en la afición, que esperaba ver a su ídolo como el salvador del equipo.Después de más de una década en el Viejo Continente, Jesús “Tecatito” Corona volvió a Monterrey, el club que lo formó. La esperanza de que replicara sus éxitos europeos en su tierra se ha diluido entre lesiones y un rendimiento que no convence. Aun cuando su calidad es innegable, Corona no ha sido la figura determinante que la afición regia esperaba.Aunque se esperaba que volviera a la Liga MX con el Atlas, equipo que lo vio nacer, el “Principito” lo hizo con el León, cuadro que lo recibió con entusiasmo. Sin embargo, la carga de años en Europa pasó factura en su rendimiento físico. Sus minutos en cancha son cada vez más frecuentes, muestra un buen estado físico, pero ya no entrega lo que solía hacer en sus años mozos.Herrera llegó a la MLS para aportar liderazgo, pero ha enfrentado altibajos de rendimiento y críticas por no convertirse en el referente que se esperaba en el Dynamo de Houston. Incluso ha perdido la cabeza haciéndose expulsar, como la más reciente, escupiendo al árbitro central. “HH” ha dejado de ser ese mediocampista de calidad, para ser uno más del montón.Mientras tanto, jugadores como Jorge Sánchez y Gerardo Arteaga en Cruz Azul y Monterrey, respectivamente, se perfilan como excepciones al demostrar su valía desde su regreso, destacando que el éxito depende de más que un nombre: es una combinación de esfuerzo constante y condiciones físicas óptimas.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de Whatsapp * * *OB
