El segundo de tres encuentros entre Chivas y América arrancó con una fiesta desde temprana hora que poco a poco se fue apagando. El Rebaño fue recibido con un pasillo en las inmediaciones y al interior del estadio AKRON para sentir la calidez de sus aficionados y tratar de motivarlos a conseguir el tan esperado triunfo, sin embargo, el resultado no estuvo a la altura de lo que se vivió en las gradas.Dentro de la casa del Guadalajara, las emociones estaban al tope. Previo a comenzar el partido, el grupo de animación de las Chivas presentó un “tifo” con la leyenda: “Un legado de generación en generación”, acompañado con la imagen de un niño sobre los hombros de su padre portando la playera rayada y con los dorsales 7 y 12, respectivamente.Además, las típicas banderas con los tradicionales colores rojo, blanco y azul estuvieron ondeándose durante gran parte del compromiso. Mostrando un colorido predominante por parte de los locales que, en algunos espacios, era ocupado por playeras de amarillo.A comparación del partido del pasado miércoles, la gente azulcrema no tuvo oportunidad de hacerse escuchar. No se presentó un “Vamos América” o algún grito que impulsara a los visitantes porque la cantidad de aficionados también estuvo bastante reducida.Por su parte, los seguidores del Guadalajara trataron de respaldar a los suyos en todo momento. Pese a que hubo lapsos en el que el ánimo decayó por el trámite del partido; cuando se suscitó la expulsión de Cade Cowell, los cánticos resonaron para tratar que los rojiblancos no se cayeran emocionalmente.Asimismo, recibieron con rencor a un viejo conocido, Cristian “Chicote” Calderón, ya que cada vez que el exjugador de Chivas tocaba el balón, los abucheos no se hacían esperar para tratar de forzar un error por parte del lateral.Sin goles, ni más emociones por delante, el estadio AKRON terminó reconociendo a los jugadores del Guadalajara con aplausos, porque, aunque no lograron quedarse con los tres puntos, terminaron aguantando con un hombre menos y rescataron el empate.
