La edición 39 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara abrió actividades con la entrega del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2025 a Amin Maalouf, quien acudió a la ceremonia inaugural para agradecer la distinción. El autor recordó el momento en que recibió la noticia del reconocimiento y destacó la relevancia del galardón en el panorama cultural. “A principios de septiembre, con inmensa alegría, recibí la noticia de que me habían elegido ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. Y es con esa misma alegría que hoy me encuentro aquí, en Guadalajara, para agradecerles su elección y expresarles toda mi gratitud”, expresó.Durante su discurso, Maalouf reflexionó sobre la importancia contemporánea del universalismo y el diálogo entre culturas. Señaló que el premio celebra “la literatura, la diversidad de las lenguas y, de alguna manera, el parentesco entre todas las culturas humanas”, una actitud que considera indispensable en el contexto actual. Frente a la complejidad del presente, invitó a los asistentes a sostener una mirada dual: El escritor abordó también la transformación acelerada de la tecnología y su impacto en la vida cotidiana, aludiendo a cambios que él mismo ha presenciado desde sus primeros años en el periodismo. Recordó el tránsito de la escritura manual al uso de máquinas, así como los procesos de impresión de otra época. “Cuando empecé en el periodismo todavía se escribían los artículos a mano; luego los tipógrafos los pasaban a máquina, los fundían en plomo y después se imprimían”, señaló, antes de relatar que su interés por observar el mundo nació en aquellas visitas infantiles a las imprentas donde trabajaba su padre.Esa vocación, dijo, ha sido constante. Con el paso del tiempo le ha generado satisfacción, pero también desencanto al contrastar sus expectativas juveniles con la realidad actual. En un pasaje central de su discurso, Maalouf compartió una reflexión extensa sobre los contrastes del mundo contemporáneo.“Estaba convencido de que la justicia, la libertad, la paz, el conocimiento y la democracia, se extenderían de manera inevitable por todo el planeta; que las naciones establecerían entre sí relaciones cada vez más amables, respetuosas, cercanas, incluso íntimas… Jamás habría imaginado que la guerra regresaría con tanta fuerza al centro de la actualidad; no solo en mi región de origen, el Levante, sino también en mi patria adoptiva, Europa”.Asimismo, Maalouf lamentó el debilitamiento de las instituciones internacionales y la creciente influencia de la fuerza como mecanismo rector. “Tampoco habría imaginado que el mundo terminaría rigiéndose por la ley del más fuerte, la propia ley de la selva”, afirmó.Durante la ceremonia, la Rectora General de la Universidad de Guadalajara, Karla Alejandrina Planter Pérez, destacó la relevancia del pensamiento del autor en el debate público contemporáneo. Afirmó que la obra de Maalouf es “una contribución de primer orden a la conciencia intelectual de nuestro tiempo”, y retomó una de las advertencias del escritor al señalar que “la humanidad pasa hoy por uno de los períodos más peligrosos de su historia”.Planter subrayó que ese diagnóstico convive con otra visión que el autor ha expuesto: el presente también ofrece posibilidades. “Añadiría yo que la coyuntura de hoy contiene una oportunidad. Si actuamos con inteligencia y disposición al entendimiento mutuo, no estamos condenados a sucumbir”, dijo. En ese sentido, destacó el papel de la lectura, la escritura y la conversación como herramientas para sostener el diálogo social. “El sentido de la vida y la posibilidad de actuar serenamente habita en las palabras”, agregó.*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO