Viernes, 27 de Diciembre 2024

Angélica Cosío Candelario, Tejedora de historias y tradiciones

La artesana wixárika convierte su trabajo en una obra de arte

Por: El Informador

Angélica Cosío Candelario. La artesana dice que con su trabajo conserva las tradiciones de su pueblo. CORTESÍA

Angélica Cosío Candelario. La artesana dice que con su trabajo conserva las tradiciones de su pueblo. CORTESÍA

Desde la comunidad de Los Lobos, Mezquitic, Jalisco, Angélica Cosío Candelario convierte cada hilo de chaquira en un testimonio de la rica herencia wixárika, una cultura originaria que destaca por su profunda conexión con la tierra y su espiritualidad, elementos que se manifiestan en su arte textil y joyería, haciendo de cada pieza un testimonio de su herencia y su enlace continuo con sus tradiciones ancestrales.

La maestra artesana cuenta que desde muy joven no sólo aprendió a bordar, sino a tejer las narrativas de su pueblo a través de colores y símbolos que cuentan historias de deidades y naturaleza sagrada.

“A los tres años y medio empecé a diseñar mis propios bordados en punto de cruz, viendo los animales que veía a mi alrededor. Llevo más de 25 años en este andar. No aprendí de mi familia directamente; fue algo que surgió de mí. Siempre he sentido que este don fue un regalo de nuestros ancestros, una forma de asegurar que las tradiciones continúen”, explica Angélica Cosío. 

Añade que, la indumentaria textil y joyería de la cultura wixárika, también conocida como huichol, destacan por su rica simbología y vibrantes colores, las cuales reflejan la cosmovisión de este pueblo.

En la obra de la jalisciense destacan los bolsos. CORTESÍA

Tradicionalmente, las prendas son elaboradas con técnicas como el bordado y el tejido, mientras que la joyería se caracteriza por el intrincado uso de chaquira en diseños que a menudo representan imágenes sagradas como el venado, el maíz y el peyote.

De acuerdo con la creadora, su arte no sólo encapsula la belleza estética de su pueblo, sino que también busca actuar como un puente entre generaciones y geografías. Es por ello, dice, su marca, “Maxa Kwaxi” (“Cola de venado”), nació no sólo como un negocio, sino como una misión para cultivar y preservar la identidad wixárika.

“Cada pieza que creo es un reflejo de nuestra cosmovisión. Desde joyería hasta vestimenta, cada diseño está lleno de significados que celebran y comunican nuestras creencias y nuestra historia”.

Angélica y su familia han participado en numerosos festivales y exposiciones nacionales, como la Feria de las Artesanías de Jalisco Corazón de Artesano y el Festival Nacional Artesanal en Aguascalientes. 

Su trabajo ha cruzado fronteras, llegando a través de muestras y exposiciones a audiencias en Estados Unidos, Inglaterra, Suiza y Francia, mostrando la universalidad y el atractivo transcultural de la artesanía wixárika.

Pieza elaborada por la artista wixárika. CORTESÍA

En 2022, Angélica fue galardonada con el premio Jalisco en Joyería Indígena, un reconocimiento a su habilidad para fusionar lo tradicional con lo contemporáneo de manera respetuosa y creativa. 

También ha sido ponente en el Congreso Internacional de Experiencias de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial, destacando la importancia de la educación y la preservación en el contexto global. “Nuestra cultura está impregnada de respeto por la tierra y todo lo que nos rodea. A través de mi arte, busco enseñar a otros sobre la importancia de nuestros lugares sagrados y nuestras prácticas. Es una forma de resistencia contra la apropiación y la explotación,” subraya Angélica y asegura que cada creación es un acto de afirmación cultural y un llamado a la valoración y el respeto.

Con esta filosofía, dice es que le ha entusiasmado mucho su reciente participación en “Original. Encuentro de Arte Textil Mexicano”, realizado en el Complejo Cultural Los Pinos en Ciudad de México. Al respecto, la creadora dice que ha sido una oportunidad para resaltar la importancia de preservar y revitalizar las técnicas artesanales tradicionales, al tiempo que se adaptan a contextos contemporáneos, esto con la finalidad de garantizar su transmisión a futuras generaciones.

Finalmente, la maestra Cosío Candelario asegura que tiene planes ambiciosos para expandir su influencia y continuar educando a través del arte: “Quiero que nuestra voz, nuestra historia y nuestra cultura wixárika sean conocidas y respetadas a nivel mundial. Este es el legado que deseo dejar para mis hijos y para las futuras generaciones de artistas wixárikas,” concluye.

Con información de la Secretaría de Cultura
 

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