Viernes, 27 de Diciembre 2024
Jalisco | No sólo es construir casas nuevas

Migración intraurbana, oportunidad para mejorar Guadalajara

De cada 100 pobladores del municipio de Guadalajara, 86 habitan en viviendas independientes, refleja el censo 2010

Por: EL INFORMADOR

La desurbanización de Guadalajara, entre otras cosas, tiene que ver con la degradación del espacio urbano. A. CAMACHO  /

La desurbanización de Guadalajara, entre otras cosas, tiene que ver con la degradación del espacio urbano. A. CAMACHO /

GUADALAJARA, JALISCO (01/ABR/2011).- El declive demográfico que atraviesa el municipio de Guadalajara puede ser plataforma para resolver más de un problema, ya que abre espacios de oportunidad: “reforzar el tejido social, rehabilitar patrimonio histórico residencial, que finalmente es lo que le da una identidad a Guadalajara, y recuperar el espacio público”, señala Luis Felipe Cabrales Barajas, quien investiga la producción de espacio urbano y ordenamiento territorial en la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Para el académico, el reto que enfrenta Guadalajara no sólo está en que recupere su dinámica demográfica sino también en que la ciudad mejore. Cabe señalar que en las últimas dos décadas dejaron el municipio 155 mil habitantes.

La desurbanización de la Perla Tapatía, explica, tiene que ver con un proceso natural de envejecimiento de la población, con la degradación del espacio urbano y con los mecanismos especulativos que operan en los espacios centrales que expulsan a la población a los municipios de la periferia.

Ante este fenómeno, el ayuntamiento tapatío promueve el repoblamiento a través de vivienda popular, pero el investigador señala que es algo más complejo que sólo construir casas nuevas, para lo que hay que partir del binomio suelo-vivienda: “El meollo del asunto es que las facilidades que están planteando deben tener criterios espaciales donde haya ventajas comparativas y beneficio social; es decir, no dejarlo completamente abierto, donde los promotores quieran o puedan, sino que debería haber polígonos prioritarios y corredores de movilidad”.

Cabrales Barajas ve en la Alameda suelo público vacante en donde poner a prueba las políticas públicas para reurbanizar el municipio; en lo referente a corredores de movilidad apunta a Federalismo, que tiene Tren Ligero, y en la Calzada Independencia con el Macrobús, en ambas partes hay suelo vacante y edificios que se pueden rehabilitar para reforzar el uso residencial.

 “Desde mi punto de vista, los programas para reactivar el repoblamiento y la reubanización de Guadalajara, deberían ser un poco más elaborados, siguiendo el principio de que por un lado los promotores inmobiliarios ganen pero que la ciudad  también gane”.

Pese a la salida de habitantes del municipio de Guadalajara, de acuerdo con los datos del Censo de Población y Vivienda 2010, desde 2000 se habitaron 17 mil viviendas independientes en el municipio de Guadalajara; hasta el año pasado 86 de cada 100 habitantes de la Perla Tapatía viven en este tipo de hogares, mientras que hace 10 años eran 83.

El crecimiento vertical es otra de las políticas públicas que Guadalajara necesita reactivar, aunque  el académico ve un arma de dos filos en esta medida, pues en algunos casos se ha abusado de el número de pisos del edificio provocando impactos negativos; por lo que debe haber restricciones y tener como principio optimizar y no maximizar, para lo que recomienda ensayar con modelos de cuatro o cinco pisos, dependiendo de la disponibilidad de equipamientos e infraestructura.

Empero, los datos del censo 2010 reflejan que sólo ocho de cada 100 habitantes del municipio de Guadalajara viven en edificios departamentales, uno menos que en 2000; mientras que 20 mil personas dejaron de residir en vecindades en 10 años.

Sin embargo, el construir vivienda vertical implica un esfuerzo por contener la expansión de la mancha urbana, ya que con las viviendas particulares esta metrópoli cada vez se amplía más y con ello dificulta los servicios como seguridad, agua y la movilidad.

Además del tema del espacio público es fundamental  hacerlo atractivo, “debe haber una transversalidad, no sólo pensar en política de vivienda, sino también en materia de cultura, seguridad pública, movilidad, lo que necesitamos para vivir bien en un espacio urbano”.

Para detener y revertir la desurbanización, de acuerdo con Cabrales Barajas,  debe haber políticas explícitas por parte del Estado y del Ayuntamiento de Guadalajara, además, de fuertes inversiones, “si se trabaja en esa línea, incluso en 2020 podríamos estar viendo reflejada esta recuperación, pero todo depende de la congruencia y la continuidad de las políticas urbanas”.



Una macha urbana que se expande


El factor económico orilla a los pobladores


Para la académica del Departamento de Hábitat y Desarrollo del ITESO, Yolanda Bojórquez,  que los pobladores dejen zonas que antes consideraban habitables para mudarse hacia la periferia de la Zona Metropolitana de Guadalajara, es un fenómeno multifactorial.

Sin embargo, revela que el éxodo de habitantes hacia otros municipios está relacionado principalmente con la economía, pero también influye el empleo, el caos vial, la contaminación e incluso la inseguridad.

Bojórquez lamenta que no existan incentivos fiscales o algún tipo de apoyo por parte de los gobiernos para que los dueños que quieran rehabilitar sus edificios antiguos, y algunos abandonados, puedan hacerlo sin que sea una limitante la inversión de grandes recursos financieros.

“En Guadalajara es prácticamente imposible encontrar un lugar que puedas comprar para vivir. Ya está totalmente construida. También hay gente que llega de otros estados y mientras se establece renta una casa en la ciudad, pero cuando busca comprar una, el lugar donde la encuentra es en la periferia, que resulta más económico”.

Los números del Inegi confirman una prioridad por tener “casa propia independiente” dado que en Guadalajara hay una menor oferta de vivienda que en el resto de la metrópoli y la que hay no resulta muy económica, los tapatíos optan por migrar. En Zapopan, de 2000 a 2010 se habitaron 86 mil 700 viviendas independientes, en promedio 23 hogares diarios durante esa década.

En ese sentido, 87 de cada 100 zapopanos habitan en este tipo de hogares, cuatro más que en 2000. En tanto, en departamentos viven ocho, lo que significa dos menos que en 2000.

La construcción de vivienda independiente es uno de los factores que contribuido a que la macha urbana se amplíe significativamente;  es como un vaso con agua, donde el vaso representa un edificio departamental y el líquido habitantes, cuando el agua es derramada se expande y si hay líquido  más espacio necesita.

Es en Tlajomulco donde la mayoría de sus pobladores viven en una casa independiente. De acuerdo con los datos del último censo, 95 de cada 100 habita en una vivienda independiente y apenas dos mil 174 personas viven en departamentos, ante 209 que lo hacían en el año 2000.


Crónica


Oficinas “espantan” a colonos



Ahí los vecinos se la pasaban de casa en casa jugando dominó, tomando un café o rompiendo la piñata de los cumpleañeros. La pasaban como entre familia. Pero de eso ya hace muchos años, cuando los inspectores del Ayuntamiento de Guadalajara perseguían a los vendedores ambulantes porque la colonia Lafayette era una zona “residencial” donde el comercio era muy selecto.

Hace más de 30 años, María de Jesús comenzó a vender dulces en la Avenida Lafayette (diseñada por Julio de la Peña a mediados del Siglo XIX) y “me iba muy bien, porque no había negocios y todos se llevaban sus golosinas antes o después del trabajo”. Ahora tiene un puesto en la banqueta del cruce de las avenidas Chapultepec y Pedro Moreno, desde donde ha visto partir a sus clientes y cómo le ha cambiado la vocación a la colonia.

“Lo único que queda son las piedras que están ahí –señala el camellón de Avenida Chapultepec, entre Juárez y Pedro Moreno-. Nada de lo que ve ahorita existía antes. Todo eran jardines y casas muy grandes… pero ya no vive nadie por aquí”, cuenta la mujer.

En los últimos 15 años se fue tanta gente de las cuadras ubicadas entre las avenidas Vallarta, La Paz, Chapultepec y Américas, que se convirtió en la zona con mayor índice de despoblamiento del municipio de Guadalajara. De hecho, por dichas avenidas sólo quedan alrededor de tres viviendas y en toda el área hay alrededor de 10.

Poco a poco aparecieron oficinas municipales. En los alrededores se demolieron fincas de valor patrimonial para construir el Consulado, Teléfonos de México, Banca Promex (ahora Bancomer) y otras casas sólo se adecuaron como empresas y pequeños negocios que le dieron un giro a la conocida como “zona rosa”.

Tomás Garibay cuida un estacionamiento y piensa que los vecinos que han “huído” es porque buscan tranquilidad. Lo malo, dice, es que en las noches las calles son mucho más peligrosas, “porque usted sabe, aquí hay muchas bandas que roban coches o autopartes, y ya no hay nadie que vigile”.

Las tres casas que quedan por Pedro Moreno están abandonadas y en venta. Hace apenas unos meses demolieron una casi en la esquina con Unión y en su lugar construirán un edificio con 37 departamentos. Por todas las calles abundan negocios de vestidos de novias, neverías, restaurantes, bancos, un gimnasio, farmacias, escuelas, ópticas, mueblerías, cafés y librerías. En otra de las calles hay una vivienda dividida en departamentos, que apenas hace un año estaba habitada; el dueño ya la vendió y será demolida.

Por Avenida La Paz había tantos árboles que se tocaban en las alturas y hacían una especie de túnel por la calle, describe don Ramiro, de los pocos que aún viven por ese rumbo. Sus recuerdos de la zona es que las tardes eran festivas, los vecinos se trataban como familias, salían a caminar o a patinar con los hijos, cerraban las calles para festejos colectivos… Su explicación es que poco a poco se murieron los dueños y los hijos vendieron las propiedades para repartirse la herencia. La sociedad cambió y esas casas grandes son difíciles de mantener.


Los hogares de la metrópoli, mejor que antes


Más autos y computadoras en las viviendas tapatías



El Censo de Población y Vivienda 2010 muestra que los hogares tapatíos tienen acceso a más tecnología y aparatos que antes.

En 10 años los cambios son notables. Actualmente, de cada 100 hogares en la metrópoli 58 tienen por lo menos un automóvil, una década antes sólo fueron 45.5, es decir que en este periodo casi en 13 hogares se agregó un coche.

El número de autos tuvo un cambio importante, sin embargo, el aparato que más llegó a los hogares tapatíos fue la computadora, ahora en 45 de cada 100 viviendas hay un procesador, empero, sólo en 35 cuentan con internet.

Así como hay más computadoras, el censo registró que también hay menos radios en la metrópoli, el Inegi contabilizó que de cada 100 hogares tapatíos 88 tienen radio, seis menos que hace una década.

Empero, cada ves son más viviendas tapatías que cuentan con lavadoras y refrigeradores, y sólo hubo una leve disminución en televisores.


Radiografía


           Radio  Televisión Refrigerador  Lavadora  Automovil   Computadora Teléfono Celular    Internet
2000    94.25    96.28         89.84             77.88         45.5             16.86               59.73        -              -
2010    87.85    96.21         92.91             82.42         58.28            44.65              66.55        81.36      34.64


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