Viernes, 27 de Diciembre 2024
Jalisco | Comparativo entre municipios de la metrópoli

Los habitantes de Zapopan promedian más años de estudio

Los pobladores de la ex Villa Maicera también registran el menor porcentaje en analfabetismo

Por: EL INFORMADOR

En Jalisco, el promedio de escolaridad de la población pasó de ocho años en 2000 a 8.8 en 2010. ARCHIVO  /

En Jalisco, el promedio de escolaridad de la población pasó de ocho años en 2000 a 8.8 en 2010. ARCHIVO /

GUADALAJARA, JALISCO (02/ABR/2011).- De los municipios que conforman la metrópoli: Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco, Zapopan y Guadalajara, son los habitantes de la ex Villa Maicera quienes promedian un mayor grado de escolaridad con 10.38 años cursados, lo que representa poco más del primer grado de preparatoria; a este municipio le sigue la Perla Tapatía, y con el menor promedio de estudio se encuentra la Villa Alfarera, con 8.52.

 “Es lógico que Zapopan tenga el mayor promedio. Porque tiene una población de jóvenes y porque se ubica ahí buena parte de los planteles educativos de todos los niveles; pero también, si nosotros vemos otras variables, como el gasto social de los municipios, podemos observar que la ex Villa Maicera invierte bastante en los rubros sociales”, explica Elia Marum Espinosa, directora del Centro para la Calidad e Innovación de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

En general, la Zona Metropolitana de Guadalajara destaca en todos los indicadores de desarrollo humano e indicadores que pueden llevar a garantizar un desarrollo sustentable que le dé a la totalidad de la población una calidad de vida digna, adecuada y creciente, detalla la investigadora.

Ante el supuesto de que los migrantes mejor preparados en términos de estudio, llegan a instalarse al municipio de Zapopan, Marum Espinosa señala que es parte de la explicación, pero habría que hacer una correlación entre cuántos habitantes dijeron en el censo que no son de Zapopan y desde cuándo.

“Sería mi caso, yo no nací en Zapopan, pero después de 27 años de vivir aquí, no puede pensarse que mi educación y demás no tenga que ver con el municipio”.

En lo que respecta a Jalisco, el promedio de escolaridad de la población pasó de ocho años en 2000 a 8.8 en 2010. Cabe resaltar que en 1990, los pobladores promediaron 6.6 años cursados.

Más tapatíos en las escuelas

En la metrópoli, cuatro de cada 100 niños de seis a 14 años no asisten a la escuela, de acuerdo con información del censo 2010. Una década atrás, seis de cada 100 no acudían.

En este sentido, 45 de cada 100 jóvenes de la ciudad de 15 a 24 años asisten a la escuela. Hace 10 años, sólo 36 de 100 lo hacían y 63 no iban.

Para Marum Espinosa es importante ver los esfuerzos diferenciados que hace cada municipio. Señala como un problema fundamental el que no dan continuidad a los programas que se requieren para un desarrollo humano sostenible, como proyectan los planes de desarrollo nacional, estatal y municipal.

“Plantean para 2030 una visión a futuro de un país, un Estado y un municipio con ciertas características, entre ellas municipios altamente educados, con una población muy calificada tanto para la vida cívica como para la vida productiva”.

La investigadora refiere que cada tres años que cambie el presidente municipal no debería cambiar todo, sino que sea solamente un grupo dirigente el que por elección rote, y “el resto sea personal con suficiente calificación técnica y con muy alta propiedad moral  para mantenerse en sus cargos; como es en la gran mayoría de los países del mundo. Esto daría estabilidad y certidumbre al Gobierno y además, una planeación a largo plazo”.

La directora del Centro para la Calidad e Innovación de la UdeG comenta que algunos gobiernos se han convertido en “máquinas” de hacer puentes, pasos a desnivel, brechas y caminos, pero no invierten en educación porque creen que no les corresponde, pero la Ley General de Educación plantea que los municipios tienen obligación y derecho de editar libros, prestar la enseñanza tecnológica, prestar servicios educativos, desarrollar programas para maestros, entre otros.

En el año 2000, Tlajomulco fue el municipio metropolitano con mayor porcentaje de habitantes de 15 y más años analfabetas, 10 años después, el sitio es ocupado por el municipio de Guadalajara, que porcentualmente registró un aumento, una de las explicaciones supone que es debido a que la población joven y por ende con más años de estudio, deja el municipio y se queda la población de mayor edad. En 2000, la Perla Tapatía registró 35 mil habitantes analfabetas de 15 y más años y 10 años después son 23 mil.

El censo y la educación

Claves para evaluar


“El Censo de Población y Vivienda debe ser una radiografía, una fotografía de cómo estábamos el año pasado y cómo dijimos que íbamos a estar, y sobre todo que nos sirva para decir qué nos hace falta para llegar a ser lo que queremos ser”, explica Elia Marum Espinosa, investigadora en Economía de la Educación-Calidad.

La población analfabeta de 15 y más años apenas es de tres por cada 100 habitantes de la metrópoli. En 2000, representó 3.8% de la población, señalan los datos del Inegi.

Con información como ésta, Marum Espinosa plantea analizar, primero, el panorama general cuantitativo, es decir, en qué se ha avanzado y qué tanto. Cuánto se requería avanzar y cuánto era lo que se había planteado avanzar en los planes de desarrollo.

“Si algo está diciendo el censo que no hiciste, pues vas a tener que apretar el paso e incentivar los esfuerzos”.

En Jalisco, 94 de cada 100 habitantes de seis a 14 años asiste a la escuela. Hace 20 años, 87 de cada 100 lo hacían, la mayoría eran niños, para 2010 la situación se invierte.

Además, en el periodo de 1990 a 2010, la tasa de analfabetismo de las mujeres se reduce en mayor medida que la de hombres; no obstante, en 2010 hay más mujeres que hombres que no saben leer ni escribir.

De acuerdo con Marum Espinosa, el otro análisis debe ser cualitativo: Qué es lo que realmente se requiere y qué se va a requerir para poder garantizar empleo digno, condiciones de vida digna en salud, en recursos económicos a través de sueldos y salarios para las familias, y en educación, que son los tres componentes del Índice de Desarrollo Humano.

La investigadora señala como uno de los retos para el profesorado “sobre todo en la educación básica, eliminar límites: hacen lo contractualmente exigido, más lo sindicalmente permitido. Así no puede avanzar la educación, con trabajo llegamos a los 200 días hábiles de educación, cuando en Estados Unidos y Japón andan en 300 días o más. No podemos seguir en esas condiciones”.

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