Juegos Panamericanos

La zona metropolitana de Guadalajara recibirá la justa del deporte amateur más importante del Continente. Desde la obtención de la sede, hasta ahora, la labor que han desarrollado los organizadores, y la Organización Deportiva Panamericana, ha sido intensa. Se ha construido infraestructura deportiva que se convertirá en espacios públicos para la sana convivencia, que buena falta hacen.

Será también elemento de atracción de eventos que produzcan derrama económica. La inversión pública para mejorar la imagen urbana se ha incrementado,
algunas obras  madurarán antes de la inauguración de estos juegos. Y están en desarrollo programas para el uso de la nueva infraestructura privada, como el estadio de futbol construido en el Poniente de la ciudad, que seguramente producirá una sinergia con la justa deportiva. Las autoridades federales han respaldado el evento, aunque es justo decir que se esperaba más inversión que la que se ha recibido hasta ahora. Como el deporte es también un espectáculo, los patrocinios y derechos de televisión jugarán un papel fundamental. Al grado que podemos decir que si no hay una transmisión agresiva de los mismos en el continente se habrá perdido una oportunidad enorme de difundir una rostro positivo de México.

Hasta ahora la opinión pública no hace suyos los juegos, ni el espacio nacional ni en Jalisco. La imagen de la organización ha estado envuelta en escándalos relacionados con la construcción de las obras.

Esto ha llevado a establecer un velo de resistencia en la población para detonar su entusiasmo en torno al evento deportivo. Para contrarrestar esta barrera de desconfianza se ha diseñado una campaña de imagen dirigida a la población en el ámbito nacional. Desde inicios del verano aparecieron algunos anuncios encaminados a construir una imagen que debe crecer con el paso de los meses. Este esfuerzo debe reforzarse en calidad y cantidad con una estrategia de comunicación más directa. Seguramente los responsables la tienen prevista, puesto que es necesario involucrar a la población local; y producir una imagen positiva de la ciudad, del Estado y de México en general. Será una oportunidad como pocas en la recta final del gobierno de Felipe Calderón, para mostrar una cara limpia de la Nación ante la opinión pública internacional.

Se convierten los juegos en un asunto estratégico, que debe estar por encima de diferencias y puntos de vista divergentes. Los organizadores tienen la responsabilidad de elevar la mirada, y construir condiciones para sumar a todos. Aprovechar todas condiciones de la ciudad con sus estadios, clubes deportivos, espacios públicos para mostrar una ciudad en crecimiento.

Los juegos serán un éxito si se desarrollan en orden y  paz; si la delegación mexicana hace un papel triunfador; si con motivo de los juegos se proyecta una imagen positiva de México, Jalisco y Guadalajara, y se mantiene su desarrollo lejos de disputas políticas.

Cada uno de estas condiciones significa un reto en sí mismo, que los ciudadanos debemos respaldar.  Los juegos serán un hecho estratégico que deben producir efectos positivos para todos.