Domingo, 29 de Diciembre 2024
Entretenimiento | Cinco décadas en el cine. Confiesa las debilidades de Bond

Roger Moore, actor con suerte

Roger Moore considera que no fue el mejor Agente 007, pero logró trascender a través del personaje

Por: SUN

DE SU ÉPOCA. Moore trabaja en un libro de memorias que hará énfasis en su etapa “al servicio de su majestad”. ESPECIAL  /

DE SU ÉPOCA. Moore trabaja en un libro de memorias que hará énfasis en su etapa “al servicio de su majestad”. ESPECIAL /

LONDRES, INGLATERRA (14/SEP/2012).- “Roger Moore nunca ha sido un gran actor”. Quien hace tal afirmación es el propio Roger Moore. Cuando se ve en pantalla, jamás piensa que consiguió sus personajes por sus excepcionales habilidades. “Lo único que cruza por mi mente es que he sido un tipo con suerte”.

Para Moore, su posteridad no está en el cine, sino en afirmar que es un hombre honesto. Y para demostrarlo cuenta la historia de las toallas: por años coleccionó estas prendas de los hoteles que visitaba hasta que un día sintió la necesidad de confesarlo. No por culpa sino por honestidad.

Como con las toallas, a la hora de hablar de los actores que han hecho a James Bond, Roger Moore evade el cinismo. Antes que él, pone en la lista de los mejores James Bond a Daniel Craig. “Y del pasado, el mejor fue Sean Connery”.

—¿Connery es mejor que Roger Moore?

—Sí, mejor. Sean fue un ícono para los fans de Bond, construyó el personaje. A mí me encantaba. Y después de él, yo decidí que mi aportación sería darle más humor a las películas.

—¿Entonces en qué lugar de la lista queda su “James Bond”?

—Siempre he sido honesto. Por ejemplo, nunca pretendí ser un James Bond de verdad. Mis escenas de acción las filmaba un stunt y el humor es lo que más disfrutaba de la película. Todos los demás han hecho mejores James Bond.

—Ahora que el “Agente 007” está cumpliendo 50 años en el cine, ¿qué piensa cuando se mira en esas películas seduciendo mujeres hermosas y resolviendo misterios?

—Fui un hombre suertudo y me retiré a tiempo, antes de envejecer. Bueno, mis productores no pueden decir lo mismo, los hice sufrir mucho.

—Al verse en pantalla ¿no piensa que Roger Moore es un gran actor?

—Tengo 85 anos, pero todavía no alcanzo la edad para desarrollar ese sentimiento.

—¿No valdría la pena intentar, por ejemplo, asignarle una misión secreta para derrocar dictaduras en África o democratizar Asia?

—El mundo no funciona así, lamentablemente. Bond es una caricatura de espía. Para empezar, todo mundo sabe que es un agente secreto.

—¿Si el mundo de hoy ya no tiene Muro de Berlín ni Guerra Fría ni Cortina de Hierro, ¿por qué “James Bond” sigue encontrando enemigos para sus películas?

—Porque en la realidad siempre hay alguien que aprovecha la oscuridad de la noche para hacerse millonario o herir a otras personas. No importa si es en la industria o en la política, siempre hay un villano. Así que siempre hace falta un héroe, aunque sea de caricatura en una película.

—¿Al recordar esos años, no ha pensado qué hubiera sido de su vida sin “James Bond”?

—No creo que habría sido muy diferente. Cuando hice a Bond, yo ya había hecho El Santo, que es un personaje mucho más simpático. Un detective menos sangriento y más creíble.

Un espía diferente

Roger Moore afirma que su actual esposa es la única que sabe en qué condiciones quedaron sus finanzas tras su servicio como James Bond. Sin embargo no son los únicos que tienen registro de su salario como el Agente 007. A lo largo de las siete películas que hizo como James Bond, su sueldo comenzó en un millón de dólares, según el registro de la página especializada en cine imdb.com.

La cifra se triplicó para la cuarta entrega y para la última ya había negociado incluso el cinco por ciento del porcentaje en taquilla.

Bond, creado por el escritor inglés Ian Fleming como un super espía que gana tres mil 500 libras al año, cumple en 2012 medio siglo. Un buen motivo para que Roger Moore lo lleve a juicio: “Yo no odio a James Bond, pero me parece un personaje...”.

Moore detiene la frase para encontrar el adjetivo correcto. Mientras lo busca, la mirada del actor se topa con Little Nellie, el minivehículo mitad helicóptero y mitad bicicleta con el que el agente “con licencia para matar” salvó al mundo de un ataque nuclear en la película You only live twice. Y detrás de él se encuentra con aquel Mustang blanco, mitad submarino y mitad avión en el que escapa del malvado Karl Stromberg en La espía que me amó.

En estos artefactos, que actualmente se exhiben en el Museo del Automóvil de Gran Bretaña, Roger Moore encuentra el adjetivo que le faltaba para dictar sentencia al personaje: “Es que James Bond es un hombre ridículo. Si alguien lo contratara para resolver una intriga internacional, seguro que no podría hacerlo”.

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