Lecciones de vida y música con Draco Rosa

GUADALAJARA, JALISCO (02/NOV/2013).- Draco Rosa no olvida su visita anterior a Guadalajara. La imagen de aquel concierto, que tuvo que completar sentado y con la voz quebrada, dejó una huella onda en su mente. “Aquella vez estaba enfermo. No me podía ni parar. Ahora estoy aquí, de pie”. Rugiendo. Fuerte. Vivo. Robi Draco Rosa se tomó la revancha de aquella imagen, la noche del viernes en el Diana. Y de qué manera.

Delgado, pero con la voz en perfecto estado. Vestido todo en negro, pero proyectando una intensa luz. No convoca masas, pero tiene a sus fieles. No lo hace por dinero, sino por amor a la música. Draco Rosa, el neoyorquino con el corazón más boricua, se entregó a las casi 800 personas que asistieron anoche al Teatro Diana.

La noche abrió con Brujería y a Lie without a lover, dos temas donde Draco expuso su vena más experimental y potente. Pero “experimental” no está peleado con el corazón. El cantante transitó por la senda de lo meloso y lo alegre. Un concierto dulzón, donde hizo espacio para revelar que le propuso matrimonio a su esposa tras 25 años juntos. Celebrar al amor. Celebrar a la vida.

Hubo espacio para las sorpresas en el concierto, como el pequeño homenaje a Cerati que hizo el cantante, dándole una nueva textura al tema De música ligera. Y de allí, a la producción propia. Divididos, Vitamin C, Esto es vida, Obra de arte y Más y más se sumaron a una lista con la que “el vagabundo” de la música demostró que la fe en el sonido y la vida lo tienen más fuerte y entero que nunca.