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Entretenimiento | Tras dejar la universidad, empezó para Faust una vida de aventuras que dio origen a la leyenda

El Fausto, clásico alemán por excelencia, cumple 200 años

El Fausto no quedó terminado en 1808, la segunda parte sólo sería publicada en 1833, un año después de la muerte de Goethe

Por: EL INFORMADOR

BERLÍN.- La publicación de la primera parte del "Fausto" de Johann Wolfgang Goethe, el clásico alemán por excelencia, cumple 200 años durante los que ha acompañado incesantemente la vida intelectual de los países germano parlantes como un mito permanentemente reinterpretado.

En realidad, el aniversario es impreciso. El "Fausto" no quedó terminado en 1808, la segunda parte sólo sería publicada en 1833, un año después de la muerte de Goethe, y el mito del sabio que pacta con el diablo estaba vivo aún antes de que el autor de "Werther" le diera forma y lo convirtiese en la obra cumbre de la literatura alemana.

Desde el siglo XVI, la historia de un tal Johann Faust había sido aprovechada por autores de obras para el teatro de marionetas y había servido además para inspirar leyendas populares.

Johann Faust nació hacia 1490 en algún lugar del sur de Alemania y se sabe con certeza que se doctoró en la Universidad de Heidelberg en 1509.

Lo fundamental es que Faust tuvo que huir de diversos lugares donde vivió, acusado de practicar la brujería, y que, según documentos de la época, dejó una biblioteca que incluía libros de medicina, de matemáticas y de magia negra.

El primer libro popular sobre el mito del doctor Fausto fue publicado en 1587 por Johannes Spiess en un prólogo en el que advertía de que había dejado de lado una serie de fórmulas mágicas, para evitar que quienes tuvieran el libro entre sus propiedades fueran acusados de brujería.

Luego vinieron otros libros y libretos para teatro en los que el tema recurrente era el del pacto con el diablo, para lograr el dominio sobre la naturaleza.

Goethe trabajó prácticamente toda su vida sobre el mito de Fausto. En 1773 escribió una primera versión, conocida actualmente como el "Urfaust" (Fausto original) que no fue publicada sino muchos años después de su muerte.

En 1790 hizo un intento inacabado y al menos a partir de 1800, tomando probablemente como base el "Urfaust", empezó a darle forma definitiva a lo que hoy es la primera parte de la tragedia.

La obra estuvo terminada y lista para entregar a la imprenta ya en abril de 1806 pero las guerras napoleónicas demoraron dos años la publicación.

La primera parte de la tragedia tiene dos ejes fundamentales. El primero es la historia de cómo Fausto, fatigado de la vida y decepcionado de la ciencia, hace un pacto con el diablo que le devuelve la juventud a cambio de su alma.

El segundo eje es la historia de amor entre Fausto y Gretchen, romance manipulado por Mefistófeles para llevar a Fausto al homicidio -mata al hermano de su amada- y a Gretchen a un embarazo indeseado que le conduce primero al infanticidio y luego a ser ejecutada por asesinar a su hijo.

Tras la muerte de Gretchen, se oye la voz del diablo que dice "está condenada", a la que responde la voz de Dios que dice que "está salvada".

Muchos años después, el director de cine Friedrich Murnau, en su versión de "Fausto", agregaría una explicación a esa escena, con la que termina la primera parte, según la cual el amor habría salvado a Gretchen de la condena eterna.

En todo caso, con la salvación de Gretchen al final de la primera parte, que anticipa la salvación de Fausto al término de la segunda -cuando los demonios que quieren llevarse su alma tienen que retirarse ante la llegada de una legión de ángeles- Goethe introduce un giro fundamental en el mito.

Antes, en el teatro de títeres de los siglos XVI y XVII, la historia se cerraba siempre con los demonios llevándose a Fausto. Sin embargo, como lo explica Walter Benjamin en un ensayo sobre Fausto, en los 250 años que pasaron desde el primer libro sobre el mito hasta el momento en que Goethe terminó la segunda parte, el mundo había cambiado.

"Se había empezado a tener claro que lo que impulsaba a la gente a la brujería no era codicia, maldad o vagancia sino ansia de saber y de grandeza", escribió Benjamin.

No obstante, con el advenimiento del nacionalsocialismo hace 75 años, el mito tendió otra vez a reinterpretarse y Klaus Mann, por ejemplo, ve en su novela "Mephisto" el pacto con el diablo como una metáfora del pacto de muchos con los nazis.

En todo caso, más allá del mito, algo que se observa en la obra es un ansia de totalidad tal vez sólo comparable a la que se observa en la "Divina Comedia" de Dante.

EFE 11-04-2008 11:45 LNA

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