Bronx y Sunday, los nombres más estrafalarios de 2008

CHICAGO, EU.- ¿Recuerdan el tumulto que causó Gwyneth Paltrow al llamar a su hija Apple (Manzana)? Eso en el 2008 parece apenas curioso. Muchos famosos se han apuntado a la moda de bautizar a sus hijos con los nombres más insólitos. ¿Quién puede más?

El más inusual del año es Bronx Mowgli, cortesía de Pete Wentz y Ashlee Simpson-Wentz. Él creció cerca de Chicago, ella es de Texas. Pero aún así, inexplicablemente, la estelar pareja del rock le dio a su hijo el nombre del más duro de los condados de la ciudad de Nueva York. Wentz reveló que el segundo nombre del niño, Mowgli, estaba inspirado en el pequeño héroe del clásico animado de Disney “El libro de la selva”, basado en la colección de cuentos homónima de Rudyard Kipling.

Nicole Kidman y Keith Urban tuvieron a su "bebita" un lunes y le dieron el nombre del día previo: Sunday, que en inglés es domingo. Kidman ha dicho que el domingo es el día preferido de la semana para la pareja porque es cuando ambos pueden estar solos y felices. El segundo nombre, que habría sugerido el padre de Kidman, es un tributo a la abuela de Urban, llamada Rose.

Cuando tenga la edad suficiente el bebé de Gwen Stefani, Zuma Nesta Rock, quizás quiera cambiar su primer nombre por otro que suene menos como una bebida malteada y de paso eliminar también los otros dos. Pero quién sabe, un niño criado por la realeza del rock, Stefani y su esposo Gavin Rossdale, podría disfrutar de un nombre poco común que para otros pequeños normales no sería más que vergonzoso. Stefani creció en el sur de California y le encanta la cultura jamaiquina, lo que explicaría la selección de Zuma (una playa en Malibú) y Nesta (el segundo nombre de la leyenda del reggae Bob Marley).

Una mención honorable va para la hija de Jessica Alba y su esposo, Cash Warren, la pequeña Honor Marie. Honor debería tener al instante una vida de respeto sólo en base a su nombre. De origen latino, honor denota gloria, dignidad y alta jerarquía.

Desde luego originalidad e ingenio no les faltan, pero habrá a que esperar a que los niños crezcan para recoger los frutos de tal excentricidad.