La fiesta

La Liguilla, invento del futbol mexicano en 1970, justifica otra vez su razón de ser, le devuelve al futbol su esencia: cuan diferentes son los partidos cuando se juegan a goles y no a puntos que fomentan la especulación y generan mezquindad con el espectáculo; el aletargado ritmo bajo nivel futbolístico tienen como resultante los partidos que valen la pena durante 17 fechas, se cuenten con los dedos de una mano.
Como en anteriores ediciones, la postemporada revela el verdadero potencial de los equipos que existe, pero que se muestra muy ocasionalmente; una vez que se sueltan las amarras, los vaticinios se ponen de cabeza y se pierden las certezas; por ejemplo, equipos que llegaron a la Liguilla en condición de víctimas en 90 minutos pusieron en jaque a los favoritos.

Chivas en una noche inspirada le marcó un tercio de los goles que los Tigres recibieron en la fase regular; la solidez y la notable numerología fraguada en una magnifica campaña del equipo de Ferreti quedó en entredicho, poniendo en shock a una afición que sentía cercano el titulo antes del miércoles.
La ventaja del “Rebaño” es importante, pero no definitiva. Para el juego de hoy serán fundamentales los primeros 30 minutos si los Rojiblancos logran capear el anticipable “huracán norteño”, sus posibilidades de culminar la obra serán muchas.

José Luis Real no tendrá que modificar su esquema, “Tuca” Ferreti sí tendrá que hacerlo porque es el obligado, si Tigres logra un gol tempranero podría remontar; Chivas debe considerar el jugar con la desesperación del rival y su afición. Arellano, Medina, Torres y Fabián tendrán seguramente un festín de espacios y contragolpes que con un tanto que concreten definirían la serie. La ventaja de dos goles de la margen de maniobra pero la aduana no será fácil.

Monterrey mostró su pasta de campeón y destrozó a Pumas que hicieron una gran campaña, pero el oficio de los Rayados fue mucha pieza para los de El Pedregal que están en la lona y con la cuenta en siete; los Auriazules tendrán que hacer una hazaña para dejar fuera a los regios.

La serie más pareja es la de Atlante y Cruz Azul, de pronostico reservado. Los del “Piojo” deben ganar por cualquier marcador y en su cancha no han perdido; la “Máquina” tiene a su favor que de tres resultados posibles dos los favorecen: el empate y el triunfo, la moneda está en el aire.

América se quedará como el “perro de las dos tortas”, más que complicado vencer a Morelia por dos de diferencia que es lo que requieren las Águilas para avanzar. El salir del Azteca fue un error. Éste es el escenario, pero en Liguilla con partidos a vencer o morir es muy temerario hacer cualquier pronóstico, por lo tanto es mejor ser historiador que profeta.

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