De acuerdo con la investigación de ese medio, las piezas están valoradas en, al menos, 30 millones de euros, por lo que no dudan en llamar al hecho como “el mayor robo de arte contemporáneo ocurrido en España en las últimas décadas”.Un juzgado en Madrid está investigando el caso con el mayor sigilo, pues tanto los investigadores (Agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía), como el propietario han evitado hablar. Al dueño lo identifican como J. C. B, de 59 años y aseguran que recibió las obras como herencia, pues fue amigo del pintor, quien murió en Madrid en 1992.Se sabe que los ladrones bloquearon la alarma de la vivienda, situada junto al Senado, y no dejaron huellas. Se cree que las piezas aún no han salido de España.