Nettel opta por lo que la gente no quiere ver

GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2014).- En sus libros, Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973) trata de poner el reflector sobre las cosas que la gente normalmente no quiere ver. En 'El huésped' (finalista del Premio Herralde 2005), habló del subterráneo en el viven los mendigos del metro, los indigentes de las ciudades. En 'Pétalos y otras historias incómodas', se detuvo en los tics, las manías y los trastornos obsesivo-compulsivos.

Y la novela 'Después del invierno', ganadora del Premio Herralde de Novela 2014, no fue la excepción. En ella, Nettel abordó el tema de los hospitales, la muerte, el luto; pero también el solipsismo y el individualismo, características que ha observado en sociedades como la mexicana, la norteamericana y la francesa.

Sentada a una mesa del Hotel Hilton, con el cabello recogido y los lentes de montura gruesa, la escritora afirma que sus libros obedecen a una constante de lo no visto, a una poética de lo oculto.

Comparte que comenzó a escribir 'Después del invierno' en el umbral de una época en la que la gente se relacionaba más con la tecnología que con los demás. En ese entonces le asombró ver en un restorán a tres personas que estaban sentadas a una mesa y no charlaban entre ellas y sin embargo sí le prestaban toda la atención a sus celulares.

Durante su proceso creativo, y basándose en su propia experiencia de vida, Nettel se preguntó ¿qué es lo que permite a este tipo de personas salir de sus celdas mentales, de las burbujas en las que viven y que les impiden relacionarse con el presente? La respuesta fue la experiencia del sufrimiento, el dolor, elementos que ella vertió en la narración.

Para ella, el dolor da a las personas la oportunidad de vincularse de una forma muy intensa con los demás. "Una enfermedad muy fuerte o la muerte de un ser querido hacen que de repente ¡paf!, estalle la burbuja y no te queda más remedio que vincularte con alguien. Y es como una oportunidad de establecer verdaderos vínculos con los demás".

Considera que, en un momento en el que el país atraviesa por una fuerte crisis, el dolor permitió a los mexicanos vincularse y salir a la calle a manifestarse. La narradora dice que la ciudadanía está dolida e indignada por lo que sucedió en Ayotzinapa y en Tlatlaya, pero también por los 30 mil desaparecidos, por los innumerables muertos y por la situación de impunidad que hay en México.

Resalta que, ante estas situaciones, el escritor comparte la misma responsabilidad que el resto de los ciudadanos. Pero destaca que así como el carpintero no tiene que estar escribiendo " Todos somos Ayotzinapa" en cada uno de los muebles que está construyendo, el escritor tampoco tiene que escribir directamente acerca de eso.

"Uno puede militar o hacer una acción social como ser humano, como ciudadano independiente de su trabajo. A mí la literatura comprometida no me gusta, porque siento que no es ni de un lado ni del otro".

LA NOVELA

Claudio es cubano, vive en Nueva York y trabaja en una editorial. Cecilia es mexicana, vive en parís y es estudiante. En el pasad de él hay recuerdos de La Habana y el dolor por la pérdida de su primera novia, y en su presente, la complicada relación con Ruth. En el pasado de ella hay una adolescencia difícil, y en su presente, la relación con Tom, un chico de salud delicada con quien comparte su afición por los cementerios. Será durante un viaje de Claudio a París cuando sus destinos se entrecrucen. Mientras Claudio y Cecilia describen con minuciosidad su día a día en París y Nueva York, ambos dejan traslucir sus neurosis, sus pasiones, sus fobias y las reminiscencias del pasado que dictan sus miedos, dando cuenta de cómo se conocieron y de las circunstancias que los llevaron a gustarse, a quererse y a detestarse de manera intermitente.

SABER MÁS

La presentación del libro 'Después del invierno' se llevará a cabo el 2 de diciembre a las 17:00 horas en el salón Elías Nandino de Expo Guadalajara.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI