La FIL cierra edición del primer cuarto de siglo

GUADALAJARA, JALISCO (05/DIC/2011).- La experiencia en otros países que sufren la violencia ha indicado que cuando los ciudadanos toman el espacio público y mantienen sus actividades, se gana terreno para la paz. A la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que este año celebró 25 años, acudieron 659 mil 898 personas que conjuraron el miedo que parecía instalarse en la ciudad unos días antes del encuentro librero más importante del mundo en español.

Esa cantidad de gente representa un crecimiento de alrededor de 8% con respecto al año pasado, toda vez que los números dados a conocer ayer por Raúl Padilla López, presidente del comité organizador de la FIL, son estimaciones  al faltar la cuenta de la última jornada.

De acuerdo con el propio Padilla, “los editores están muy contentos”, pues sus ventas rondaron los 25 millones de dólares, cifra que la FIL calcula con encuestas que aplica a los compradores mayoristas.

En la edición 25 de la FIL participaron mil 935 editoriales de 43 países; un total de 17 mil 800 profesionales del libro; 188 agentes y editores que negociaron en el salón de derechos.  

Se reunieron más de 774 autores que participaron en alguna de las 900 actividades que se llevaron a cabo durante los nueve días de feria.

Este año la FIL fue cubierta por mil 940 representantes de los medios de comunicación locales, nacionales e internacionales, poco más de 200 más que el año pasado.

Por lo demás, la edición 2011 de la FIL podrá ser recordada, entre otras muchas experiencias individuales, por la presencia de dos premios Nobel de Literatura: Herta Müller y Mario Vargas Llosa; la del escritor Fernando Vallejo con sus declaraciones irreverentes al recibir el Premio FIl de Literatura en Lenguas Romance; las propuestas de Jorge Volpi en torno a la promoción de la lectura; los versos de Antonio Colinas, José Emilio Pacheco,  Juan Gelman y María Negroni, junto con las ideas de Fernando Savater, Antonio Skármeta y Rudiger Safranski, además de  otros escritores, y sin contar con la asistencia de algunos precandidatos a la Presidencia de México, como Josefina Vázquez Mota y Santigo Creel, del PAN, y Enrique Peña Nieto, del PRI, quien no pudo recordar los libros que le han cambiado la vida.

Alemania se despidió con emoción como país invitado y entregó la estafeta a Chile, que se comprometió a traer en 2012 lo mejor de sus expresiones culturales.