Agustín Laje (1989) es un destacado filósofo y crítico cultural argentino. Culto e inteligente, admiro su valentía para expresarse, su apertura para debatir y su destreza verbal. Sin embargo, su retórica a menudo me parece burda y peligrosa. Un ejemplo:“¿Por qué seguimos fingiendo que es posible convivir con los zurdos? No es posible: ellos odian la vida, la libertad y la propiedad. Ellos son destrucción, caos y empobrecimiento. No son conciudadanos: son enemigos. Es hora de asumirlo.”La política como lucha entre el Bien y el Mal. Al igual que Charlie Kirk (1993-2025), Laje es un brillante polemista de la nueva derecha. Pero no es, por lo menos en este tuit, demócrata o liberal, humanista o ilustrado. Es sectario y fanático, discípulo, no de John Locke, sino de un tal Nicolás Márquez. ¿La izquierda es el odio a la libertad? ¿Acaso no hay una izquierda moderna, pluralista, democrática? ¿Son “enemigos” los que defienden ideas distintas? Ideólogo de Milei, Laje se asume partidario de la libertad, pero traiciona un núcleo irrenunciable del liberalismo: la tolerancia.La retórica del odio, tanto de la izquierda radical “antifascista” o woke como de la derecha trumpista o mileista, es el verdadero enemigo de la civilización, ya que destruye el diálogo, fomenta el tribalismo y esteriliza la imaginación.Esta retórica simplista, ideológica y maniquea es hoy ubicua: “Laje destruye a feminazi en televisión”, “No le demos lugar a los zurdos de mierda”, “Los conservadores son vendepatrias”, “No queremos tibios: o se está con el pueblo o se está contra él”.Este sensacionalismo virulento es alimentado por el matrimonio entre la revolución digital y la sociedad del espectáculo, porque las redes sociales y el imperio de lo audiovisual erosionan la sensatez, el autocontrol y el juicio crítico, y estimulan las emociones más simples y corrosivas. La era de las pantallas es, indefectiblemente, la era de la ignorancia, el extremismo y la polarización.¿Es toda la izquierda responsable del terrible asesinato de Kirk, como dicen los trumpistas? ¿No habría que responsabilizar, en primer lugar, al asesino material y, después, a un conjunto de ideas extremistas? Tan irracionales son los videos en TikTok de gente celebrando la muerte de Kirk como los llamados de la extrema derecha a radicalizar su cruzada contra la izquierda para preservar a Occidente.Es hora de asumir que la amenaza a la civilización no es “la izquierda” ni “la derecha”, sino el extremismo, la retórica del odio, el tribalismo digital y el poder de las Ideologías.Propongo oponer al fanatismo el espíritu crítico, el diálogo cara a cara, la razonabilidad y una de las virtudes cardinales de Occidente actualmente más despreciadas: la moderación. Denunciar y contrarrestar la retórica del odio es el primer paso para vivir en paz y en libertad.